Finalmente los peores presagios se han cumplido. Las algas que este domingo retiraban los operarios de la playa de La Hípica es la denominada Rugulopteryx. Un alga que no se puede radicar y que “arrasaría el fondo marino”, confirman desde Guelaya.
Este alga, originaria de Asia, se estableció en el Mediterráneo a principios del año 2000, pero desde 2015 su proliferación se ha vuelto problemática en el Estrecho de Gibraltar y otras regiones.
Rugulopteryx okamurae ha demostrado ser capaz de eliminar especies autóctonas y alterar radicalmente la estructura de los ecosistemas marinos.
Además, su rápida expansión amenaza actividades humanas como la pesca y el turismo, debido a las grandes masas de biomasa flotante que obstruyen redes y se acumulan en las playas.
Esta especie ha sido hallada en las costa gallega, vasca, en zonas de Andalucía, en Tarifa, en Ceuta y ahora en Melilla.
Para profundizar sobre este tema hablamos con el Graduado en Ciencias Ambientales y experto en medios marinos, Ángel Orozco, quien califica la situación de muy grave: “la verdad es que es muy grave porque es una especie que se reproduce con mucha facilidad. Este tipo de alga asiática es invasora y bastante agresiva. Ésta se descubre por primera en la costa de Ceuta en 2015, anteriormente sólo se había encontrado en Francia”.
El hábitat de esta especie son las costas de China, Japón y Taiwán, pero ¿cómo llegan hasta aquí?: “ha entrado aquí como entran casi todas las especies invasoras marinas a través del agua que portan los grandes barcos que llevan lastre. Cuando llegan a puerto, aunque está prohibido, desaguan y desplazan estas especies”.
Y ¿cómo está afectando a la costa española este alga?: “a esta especie la costa española le beneficia muchísimo. La práctica totalidad de la costa son apropiadas para este alga. Las condiciones ambientales son perfectas para ella. Por lo tanto se va a reproducir y el problema es que tiene diferentes formas de reproducción. Una de ellas es la clonación e incluso puede soltarse un trozo y generar otro. Es muy difícil de eliminar de las playas. En Cádiz hay montañas de arribazones de hasta dos metros”.
Por otra parte, “no tiene depredadores porque es tóxica y va matando todo el suelo marino. Es como si lo cubriera de una capa de cemento. Se sabe que el erizo que tenemos aquí no come este alga porque produce una toxina que puede llegar a matarlo”.
Ahora mismo existe un protocolo de actuación a nivel europeo para radicar estas algas, pero es muy complicado: "primero hay que aportar información, saber dónde está, y difundir el protocolo de actuación. Lo principal es la coordinación y la gobernanza, pero ahora mismo es un quebradero de cabeza para Cádiz porque afecta a la pesca y se recogen redes repletas de estas algas con lo cual no hay pescado”.
El problema de los arribazones, como vimos el domingo en la playa de La Hípica, es muy complejo porque cuando se seca en la costa huele muchísimo y caminas por la arena como si fueses pisando montículos de hierba”.
“De las cinco o seis plagas de algas que hemos tenido, ésta es la peor. Si tenemos levante, las algas se sueltan y pueden llegan hasta la costa de Melilla”.
Ángel Orozco tiene claro que “intentarán solventar este problema”, pero la solución se presenta difícil.