Hay veces que resulta difícil entender la actitud de los políticos. Lo normal y lógico sería que utilizaran sus plataformas (partidos) para trabajar en aumentar el bienestar de los ciudadanos, conseguir las mejores cotas de desarrollo socioeconómico para que todo el mundo pueda tener sus expectativas cubiertas y, fundamentalmente, que Melilla tuviera la garantía de un futuro que permitiera a las nuevas generaciones desarrollar aquí sus proyectos de vida.
Desgraciadamente eso no es así, ni mucho menos. A esos políticos les puede la cuestión partidista por encima del interés general de los ciudadanos y en Melilla hay ejemplos de sobra para ilustrar esa afirmación. Sin ir más lejos, la ciudad debería estar exenta de la tasa verde, de manera que los buques que realizaran las conexiones con la península no tuvieran que pagar hasta casi 2 millones de euros anuales por cubrir esos trayectos.
Pero el problema es que el PSOE de Sabrina Moh ni está ni se le espera en Madrid luchando con uñas y dientes para alcanzar el objetivo de quedar exentos de ese impuesto, que, por otro lado, impone Europa, pero dejando la puerta abierta a la posibilidad de que ciertas poblaciones con características especiales pudieran quedar fuera. Y Melilla cumple los requisitos para estar al margen de la tasa verde.
La pregunta es ¿por qué el PSOE, que Gobierna en España, no hace nada al respecto? ¿Por qué este partido permite que se produzca esa competencia desleal con respecto a los puertos marroquíes cercanos cuyos buques no tendrán que pagar ese porcentaje? ¿Qué gana el PSOE de Melilla con esa actitud más allá de ser sumiso y acatar las órdenes de Madrid sin rechistar aún a costa de perjudicar a los ciudadanos melillenses?
Otra cuestión: ¿por qué se niega el Gobierno del PSOE a llevar los decretos de la revalorización de las pensiones, las ayudas a los afectados por la DANA y la subvención al transporte público de forma exclusiva para que puedan ser aprobados en el Congreso? ¿Por qué mezclar esas cuestiones tan positivas con otras muy negativas, como la subida de la luz, más impuestos o la protección a los okupas?
¿Por qué el PSOE local no le pide a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que saque la proposición de ley sobre las bonificaciones a la Seguridad Social del congelador para que pueda tramitarse y, en su caso, aprobarse para general beneficio de la ciudad?
No plantar cara en Madrid para que el Gobierno lleve a cabo medidas de importante calado para los melillenses es mantener una lealtad mal entendida, porque ésta no se le debe al partido ni al Gobierno de turno, sino a tus propios convecinos, que son quienes pagan las consecuencias de la adhesión al líder, sea lo que sea lo que haya en las decisiones que adopte y por muy mal que afecten a los melillenses.
No es una buena táctica y en las repetidas elecciones se nota claramente porque el PSOE lleva desde 1991 sin ganar ni una sola vez en esta circunscripción, ya fueran locales, generales o europeas. Muy al contrario, desde hace 34 años no ha hecho otra cosa que retroceder electoralmente hablando hasta convertirse en una organización muy minoritaria en la Asamblea autonómica de la Ciudad Autónoma. ¿No sería hora ya de que cambiara su estrategia política?