El 88 por ciento de las personas que necesitaron comunicar una emergencia por teléfono usaron este número.
La Consejería de Seguridad Ciudadana de Melilla registró en el primer semestre del 2011 un total de 82.059 llamadas de ciudadanos al servicio de atención de emergencias 112 , lo que supone una media de 453 llamadas al día.
De ellas, el 88 por ciento de las personas utilizaron el número 112, el once por ciento el número 092 y sólo uno por ciento el número 080.
Este servicio, que está en funcionamiento durante las 24 horas y todos los días del año, está siendo cada vez más conocido y utilizado por la población para comunicar incidencias de toda índole.
Durante los primeros seis meses de este año, las llamadas recibidas se distribuyeron entre incidencias relativas a anomalías de servicios básicos, es decir, agua, saneamiento, alumbrado y viales, accidentes de circulación (con y sin heridos), solicitud de asistencia sanitaria, ambulancias, incidencias de tráfico o actos vandálicos en mobiliario urbano.
También se recibieron llamadas por casos de violencia de género, molestias vecinales, delitos contra la salud, salvamentos y rescates, inundaciones, desprendimientos de fachadas, incendios en inmuebles y en mobiliario urbano, robos en vehículos e inmuebles, anomalías en playas, entre otras.
Del volumen total de llamadas gestionadas, el 72 por ciento de ellas se efectuaron desde teléfonos móviles y el 28 por ciento restante desde fijos, lo cual es fiel reflejo de la distribución de este tipo de tecnología en la sociedad, así como la evidencia de la cada vez mayor concienciación y colaboración ciudadana, que utiliza este medio.
Los domingos, lunes y jueves, por este orden, son los días en que se reciben un mayor número de llamadas, con datos muy similares para el resto de los días de las semanas.
A través de este sistema se permite identificar el nombre y la localización geográfica de la persona que está llamando, que es de obligado cumplimiento para los centros 112, pues de esa manera queda registrada la posición de la posible emergencia ante una interrupción en la comunicación por parte de la persona que llama.