Es temporal y consiste en que la Ciudad se encarga de certificar la calidad de los materiales que llegan de Marruecos a través de unos análisis de carácter técnico.
Melilla volverá a utilizar materiales de construcción provenientes de Marruecos tras el acuerdo logrado entre la Ciudad Autónoma y Aduanas.
En este sentido, la Consejería de Medio Ambiente informó ayer al Consejo de Gobierno del acuerdo, mediante el cual será la Ciudad la que se encargue de certificar a través de unos análisis técnicos las calidades de esos materiales en función de los estándares exigidos en la Unión Europea para que puedan pasar por la frontera.
Así, el portavoz del Ejecutivo local, Daniel Conesa, comentó que esta solución era provisional hasta que las empresas marroquíes lograran la homologación de las calidades de los áridos y ladrillos según las exigencias de la UE, algo que estarían en proceso de realizar.
De hecho, el acuerdo implica la importación temporal de áridos de Marruecos y según confirmó el portavoz del Gobierno local y en estos momentos algunos empresarios ya tendrían avanzado algún tipo de convenio con las empresas marroquíes interesadas en el suministro.
“Nos congratulamos con esta colaboración”, afirmó Conesa y adjuntó que en breve plazo esperan que llegue una solución definitiva.
En cualquier caso, según informaciones de la propia Ciudad Autónoma, ayer tan sólo entraron ladrillos de Marruecos pero no áridos. Se espera que a lo largo de los próximos días se encauce esta situación de forma definitiva.
El problema surgió hace unos quince días, momento en que desde el Ministerio de Industria llegó una orden para aplicar una directiva europea que exigía unos determinados sellos de calidad en los productos importados desde el pais vecino.
La aplicación de esta normativa sin un período transitorio habría generado el temor de muchos constructores de no tener suficientes materiales para seguir con las obras y tener que importarlos desde la península, una situación que para muchos significaba el encarecimiento del producto.
De hecho, llegó a haber una manifestación de protesta en la ciudad por este motivo, pues muchos transportistas temían por sus empleos.
Finalmente la situación parece haberse reconducido de manera temporal. El gremio de la construcción emplea en Melilla a más de 1.300 personas, siendo uno de los más importantes en la ciudad en la generación de trabajo.
Por ello desde los sindicatos locales estimaron necesario el acuerdo entre los interesados para no ralentizar el ritmo de las obras en curso.