Un grupo de nueve personas que forman parte de Confer La Salle-Cáritas se encuentran en Melilla haciendo un campo de trabajo, fundamentalmente en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CET), referido especialmente a menores y particularmente a niñas. Proceden de diferentes lugares de España, como Cádiz, Valladolid, Bilbao, Madrid y Valencia, y también los hay de otros países, como Italia, Honduras, Venezuela y México.
De las dos semanas que tienen previsto estar en Melilla, ya sólo les quedan cinco días, pues el próximo viernes, día 29 de julio, cada uno regresará a su hogar.
Cuatro de ellos se encontraban, este domingo por la mañana, caminando por el centro. Eran Maribel Pereda, de la fraternidad misionera Verbum Dei; Mario Bienumbrales, hermano de La Salle; Paulina Solteró, misionera de Bérriz; y Sochi Locampos, agustina hermana del Amparo.
Según ha explicado Pereda, acompañan a las niñas por las tardes con manualidades y actividades diversas “para que se lo pasen bien y podamos transmitir valores”. Además, hacen con ellas juegos didácticos y tradicionales, expresión corporal, baile o canto.
Esta componente del grupo ha asegurado que, de momento, “la experiencia es muy gratificante”, especialmente teniendo en cuenta que la “realidad” de las personas migrantes es algo que a cada uno de ellos “conmueve e implica”. En este sentido, Pereda ha apuntado que lo que más les ha sorprendido “es la fuerza de las personas que migran”, así como en entusiasmo que muestran “por salir adelante y ser buenas personas aun con la necesidad que tienen de buscar una vida mejor y aun en el dolor y la precariedad”.
Por su parte, Solteró ha destacado la acogida de las personas de Melilla con su “sociedad tan diversa, de distintas religiones, culturas y procedencias”. Además, ha remarcado lo “preciosa” que es una ciudad “riquísima en cultura, diversidad e historia”.
En la venida de este grupo a Melilla han tenido mucho que ver los hermanos de La Salle y las hermanas de la Divina Infantita, cuya labor no ha dudado en resaltar Bienumbrales, ya que, junto a las niñas, “viven en una libertad, una educación y una unión impresionantes”.