Es hoy uno de esos días en los que el carácter multicultural de Melilla se nota más que nunca. Comienza la Semana Santa con el Domingo de Ramos, unas fechas en la que coincidirán la celebración del Ramadán y del Pésaj judío.
Hacía muchos años que esta conjunción religiosa no sucedía y desde entonces hasta ahora, las cosas en Melilla han cambiado mucho y para mejor en lo que se refiere al respecto interreligioso.
Vamos a poner el último ejemplo de esa tolerancia tan melillense: las luces de Ramadán de la Avenida Juan Carlos I se apagarán durante la Semana Santa en señal de respeto a la comunidad cristiana y el paso de los tronos por la carrera oficial. Las guirnaldas festivas incluso se han instalado a una altura suficiente para que puedan pasar las procesiones.
Para los melillenses, que existan esas magníficas relaciones es algo normal y lógico. En los barrios se mezclan las distintas culturas y no es difícil ver que una familia musulmana invita a la vecina cristiana para la ruptura del ayuno. O le ofrece un cuenco de harira junto a unos dátiles. Eso es Melilla.
Y lo cierto y verdad es que debemos sentirnos orgullosos de que la tolerancia y el respeto mutuo entre comunidades sea nuestra seña de identidad. Es un bien inmaterial que debemos mimar con esmero, mantenerlo y alimentarlo día a día, regarlo con cariño y esforzarnos cada uno en su parcela personal para que crezca fuerte y contundente como nuestra mayor garantía de futuro.
Perservar las tradiciones es algo de primera necesidad para cada una de las culturas, para su presente y su futuro.
Por eso es importante celebrar la Semana Santa en la calle, asistir y apoyar con nuestra presencia esta representación plástica y popular de la pasión y muerte de Jesús. Los melillenses tenemos que arropar a nuestras cofradías en sus salidas procesionales y demostrarles nuestro afecto por ser los depositarios de una tradición centenaria, que jamás debe perderse.
También debemos compartir estos días los valores de paz y armonía que presiden el mes sagrado del Ramadán de los musulmanes. Con ellos celebraremos el 3 de mayo la Pascua Chica, día festivo para toda la ciudad.
Como también tenemos que recordar que desde el día 15 y hasta el atardecer del día 23, los hebreos están celebrando el Pésaj, que nos recuerda a todos un momento transcendental en la historia del pueblo judío, como fue la salida de la esclavitud de Egipto.
Ésta es la Melilla que hemos construido a lo largo del tiempo y queremos legar a las próximas generaciones, una tierra de paz, de igualdad, de tolerancia y respeto que sirva de faro para decir al mundo entero que la convivencia sí es posible.