La Oficina de Extranjería de la Delegación del Gobierno de Melilla se plantearía no renovar los permisos a los transfronterizos marroquíes que trabajan en la ciudad si la frontera con Marruecos no abriera a largo plazo.
En declaraciones a El Faro, la directora del Área de Trabajo e Inmigración en Melilla, Elena Nieto, aclaró que en ese caso se buscarían alternativas para esos trabajadores.
“Si tuviéramos la certeza de que la frontera no fuera a abrir, se tendría que replantear la concesión de autorizaciones siempre que los transfronterizos tengan alternativas”, recalcó.
Nieto señaló, además, que la Oficina de Extranjería ya se planteó esta posibilidad cuando Marruecos cerró la frontera el 13 de marzo de 2020, pero en ese momento no había una alternativa para los empresarios de Melilla y sus trabajadores marroquíes si se dejaba de conceder autorizaciones a transfronterizos.
Según explicó a El Faro, cuando el año pasado cerró la frontera, en Extranjería se encontraron con dos posibilidades. La primera, no conceder más autorizaciones a trabajadores transfronterizos porque si no hay frontera que se pueda cruzar, entonces tampoco hay transfronterizos.
La otra opción que se puso sobre la mesa, y por la que finalmente se decantó la Delegación del Gobierno, fue por la de seguir prorrogando autorizaciones porque esto va en beneficio de trabajadores y empresarios de la ciudad.
Del 1 de septiembre de 2020 al 31 de agosto de 2021 el Área de Trabajo e Inmigración de la Delegación del Gobierno de Melilla tramitó 320 solicitudes de prórrogas de permisos a trabajadores transfronterizos, que se resolvieron en 44 días, de media, muy por debajo del límite de tres meses establecido, dijo Elena Nieto a El Faro.
Antes de la pandemia, en la Ciudad había 1.900 trabajadores transfronterizos, según los datos que maneja la patronal CEME-CEOE. La mayoría (1.500) eran empleadas domésticas y el resto (400), del sector de la construcción, hostelería y panadería, entre otros.