E L ESTADO de Alarma ha pasado ya a mejor vida. Las restricciones a las libertades fundamentales, de manera principal la movilidad, se han suspendido una vez finalizado el mencionado estado de alarma.
El Gobierno central no ha querido mantener a situación a pesar de las peticiones de algunos ejecutivos autonómicos, incluidos los socialistas. El propio presidente de Castilla-La Mancha, García Page, del mismo partido que Pedro Sánchez, ya ha manifestado que como venga una nueva ola, algunos tendrán que dejar sus puestos, en clara advertencia al presidente del Ejecutivo central.
Volvemos a insistir en que nuevamente la clase política o determinada clase político ha apostado claramente por la responsabilidad ciudadana porque en el tema de la vacunación aún vamos bastante retrasados y no puede ser una de las causas de la paralización del virus.
La responsabilidad ciudadana ya se ha demostrado que no sirve, porque con que una pequeña parte de la población no cumpla, la transmisión es verdaderamente letal.
Ya hemos visto este fin de semana en muchas ciudades del país como el fin de las restricciones ha llevado a las calles a miles de jóvenes, que han formado aglomeraciones incontroladas creando un excelente caldo de cultivo para la expansión del virus. Por suerte, en la ciudad no se han vivido situaciones de esa magnitud. Ha habido conatos de reuniones para hacer botellón, pero la la mayoría de los melillenses no se ha dejado llevar por la euforia del fin del toque de queda.
No queda otra opción que confiar en la responsabilidad individual de cada uno, ya que de otra manera será bastante difícil que logremos evitar una quinta ola de la pandemia. Esperemos que esto no ocurra y tengamos que volver a imponer restricciones, lo cual sería fatal para la economía, especialmente para la hostelería, que espera poder tomar algo de aire durante el verano.