Es el Varón de Dolores, así lo definió el profeta Isaías: “Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no le tuvimos en cuenta”. (Is 53, 3).
Humillado, como tantos seres humanos que sufren el dolor de la enfermedad, familias que han perdido a un ser querido por este coronavirus que nos tiene amargada la existencia. Humillado por el egoísmo, la mentira y la soberbia de quienes legislan, como si fueran dioses, haciéndose dueños de la vida que es sagrada y no les pertenece.
Humillado y despreciado, así nos lo presenta, en la tarde del Martes Santo, la Cofradía Castrense, ante una plaza de Yamin Benarroch repleta de público y de fieles, que un año más quieren ver al Señor del Martes Santo salir por la ojiva de la parroquia Castrense, en una maniobra difícil en la que los hombres de trono ponen todo su afán para presentar al Humillado ante Melilla, como lo hiciera Pilato desde el Pretorio.
Suena el Himno nacional y el trono, una vez en la calle, se encara a la fachada de la parroquia para que un devoto proclame su Desagravio a Ntro. P. Jesús Humillado y pida públicamente perdón por el maltrato infringido al Hijo de Dios.
Hombres y mujeres han elevado su voz para pedir perdón a Jesús Humillado desde 1999, y que este año como el pasado se ha visto truncado por la pandemia que estamos padeciendo. Tal día como hoy de 2010, también Martes Santo, era el insigne y recordado cofrade D. Carlos Castañeda quien elevaba su voz para pedir humildad, misericordia y perdón para todos los hermanos cofrades.
Tenemos la esperanza de que el próximo año se pueda realizar este acto de Desagravio a Nuestro Señor y escuchar las palabras del melillense Rvdo. P. Miguel Vivancos Gómez.
El Humillado este año, como el pasado, no estará en la calle escoltado por las filas de nazarenos que, al estilo cartagenero, formarán las filas perfectamente ordenadas portando los faroles que alumbren el camino del trono del Señor. Sus capas rojas al viento, como llamaradas de fe de ese fuego purificante por el escarnio cometido contra Él.
No habrá Estación de Penitencia en la Avenida, pero sus cofrades y devotos pudieron participar en la Solemne Misa, que ayer por la tarde se celebró en la parroquia Castrense, que sirvió de recogimiento y oración ante Jesús Eucarístico, dado que, la sagrada imagen, tallada por José María Jiménez y Diego Fernández en 1999, está temporalmente retirada del culto debido al proceso de restauración que está llevando a cabo Bárbara Botello.