En la celebración de la duodécima jornada de lanzamiento del Plan estratégico de Melilla, se propuso crear un observatorio de la desigualdad y realidad social como una de las soluciones a la pobreza y a la desigualdad que hay en la ciudad, sujetos sobre los que versó la ponencia. Esta vez intervinieron han intervenido Mimón Mohamed Si Alí, director General del Menor y Familia de la Ciudad Autónoma y Jamal Toutouh, doctor en Ingeniería Informática e inteligencia Artificial del Massachusetts Institute of Tecnology (MIT) y de la Universidad de Málaga.
Si Alí, además de proponer la creación de dicho observatorio, apuntó a que hay que reorientar el sistema de garantías de ingresos para familias en riesgo flexibilizando los requisitos de acceso a las prestaciones mediante la creación de cuatro modelos de prestaciones que serían en primer lugar, la renta básica melillense o renta mínima garantizada, que se trata de una prestación de carácter subsidiario para las familias que no dispongan de un mínimo de ingresos con carácter indefinido mientras subsistan las situaciones que la generaron. Un segunda renta de inserción social como alternativa al IMI, mucho más flexible y adaptable a las situaciones sobrevenidas; una tercera complementaria de ingresos del trabajo, siendo un complemento a todas aquellas personas o familias que, incluso teniendo un trabajo, los ingresos no superan el SMI y una cuarta renta complementaria de ingresos por prestaciones.
Por su parte, el doctor Jamal Toutouh, inició su intervención asegurando que hay que cuidar el lenguaje al hablar de problemas sociales. Añadió que no le gusta nada algunos términos usuales como “menas”, “distritos singulares” u otros por el estilo. Además, cree que no debe considerarse el importe presupuestario en asistencia social como un gasto sino como una inversión, como un importe que una sociedad moderna debe afrontar para que sus ciudadanos vivan con la dignidad suficiente.
Asimismo consideró que, a mayor nivel de pobreza, hay una mayor desigualdad, menores oportunidades y mayor exclusión social, incluso de los servicios públicos. También cree que una de las garantías del éxito de un proyecto, por ejemplo este plan estratégico de Melilla, requiere de fuertes alianzas entre las instituciones públicas, el mundo académico, las empresas locales, las ONGs y el sector privado y abogó por incluir a los agentes económicos y sociales en las decisiones sobre el futuro de la ciudad.