Hoy conocemos, a través de una entrevista al director provincial de Educación, Juan Ángel Berbel, cual será el futuro de la educación en Melilla.
La ciudad siempre ha tenido un importante déficit en esta materia, debido principalmente a la escasez de centros, lo que ha provocado un insoportable número de alumnos por aulas: tenemos la mayor ratio del país, un mal endémico que no acaba por solucionarse.
Ahora, con la llegada de la llamada ‘nueva normalidad’, que obliga a mantener el distanciamiento social para evitar los contagios de coronavirus, la falta de espacio para poder separar a los estudiantes se va a convertir, ya no solo en un problema educativo, sino en un problema sanitario.
Sobre la mesa hay varias opciones para enfrentar esta situación pero como dice Berbel, las clases online no son un sustituto a las presenciales. Habrá que ver finalmente como se ataja este problema. Una solución sería, tal y como propuso CpM, que se dieran clases en horarios de mañana y tarde, lo que además seviría para contratar a más docentes, lo que supondría un alivio para los profesionales de la enseñanza, que durante el confinamiento han demostrado una profesionalidad y un espíritu de sacrificio que han sido poco reconocidos.
Y es que acierta Berbel cuando dice que el mejor aval de la enseñanza en Melilla son los profesionales de la misma. Hemos presenciado innumerables homenajes a sanitarios y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado por su labor durante estos meses pero no hemos escuchado tanto reconocimiento para los maestros, que han estado al pie del cañón durante este tiempo, poniendo todo su esfuerzo por minimizar el impacto del estado de alarma sobre la educación de nuestros niños y jóvenes.
Veremos como se plantea finalmente el curso que viene y si la situación a la que nos enfrentamos sirve de catarsis en el ámbito de la gestión educativa de Melilla y se produce este salta de calidad y de recursos que tanto es necesario para que la responsabilidad no recaiga totalmente sobre los docentes.