La segunda ronda de inspecciones en las viviendas más afectadas comenzó ayer mismo.
Tras una semana en que el número de familias que tuvieron que ser desalojadas de sus viviendas fue subiendo conforme pasaban los días, parece que el número ya está estabilizado. Por tanto, la Ciudad comenzó ayer mismo a llevar a cabo una segunda revisión más minuciosa de estas casas para evaluar la gravedad de los daños y realojar en ellas a todas las familias que se pueda.
De hecho, el vicepresidente primero de la Ciudad, Manuel Ángel Quevedo, dijo ayer que intentarán reparar los daños menores cuanto antes, para que todas las familias posibles regresen pronto a sus hogares, además de para evitar un gasto al Ejecutivo.
Tras dirimir qué familias cuenta en sus hogares con daños menos graves, se acometerán las reformas estructurales, que llevarán más tiempo. Sin embargo, el objetivo es reducir al mínimo el número de melillenses que están fuera de sus casas.
Bienestar Social
De estas personas que tuvieron que abandonar sus hogares, la Consejería de Bienestar Social se hace cargo de 38. Éstas, actualmente, se alojan en varios puntos de la ciudad, como el Hotel Nacional, el Melilla Puerto o la Residencia de Estudiantes y Deportistas, donde la Ciudad tiene alquiladas varias habitaciones.
En un principio, además, el Ejecutivo local se planteó trasladar a desalojados al Fuerte de Rostrogordo, dado el aumento diario de melillenses que tenían que dejar sus hogares.
Sin embargo, y pese a que Bienestar Social ya tenía esto en mente y lo calificó como “algo probable”, finalmente no fue necesario tirar de estas instalaciones, a las afueras de Melilla.
Gracias por el esfuerzo
Al finalizar la rueda de prensa que ofreció ayer, el vicepresidente quiso agradecer a los trabajadores públicos el esfuerzo que han hecho a lo largo de la semana de forma extraordinaria.
Técnicos, arquitectos, bomberos y demás personal han trabajado incluso sábado y domingo para agilizar la recuperación.