El jueves 24 de octubre se publicó el documento del Papa sobre la devoción al Corazón de Jesús, Dilexit nos. Es la cuarta encíclica del pontificado del Papa Francisco y la publica en uno de los momentos de guerras corrosivas, desequilibrios sociales y económicos, consumismo desenfrenado y nuevas tecnologías que desdibujan la esencia del ser humano. Este volumen completa las reflexiones de los textos magisteriales anteriores, especialmente Laudato sí y Fratelli tutti y se nos propone volver al corazón: la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. El Faro de Melilla entrevista al sacerdote Pablo Marti del Moral, profesor agregado de Teología Espiritual y director del Departamento de Teología Sistemática en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra.
-Nos amó. Devoción al Sagrado Corazón de Jesús. ¿Por qué el Papa lo recuerda en el 2024?
-Dos razones coyunturales: La primera, la conmemoración de los 350 años de las revelaciones a Santa Margarita María de Alacoque, que tuvo experiencias místicas en las que Jesús le mostró el amor infinito de su corazón; y, la segunda, como preparación del jubileo de 2025. De fondo, esta encíclica, Nos amó, sería el colofón del mensaje del Papa Francisco porque nos permite descubrir que lo escrito en las encíclicas sociales Laudato si’ y Fratelli tutti “no es ajeno a nuestro encuentro con el amor de Jesucristo, ya que bebiendo de ese amor nos volvemos capaces de tejer lazos fraternos, de reconocer la dignidad de cada ser humano y de cuidar juntos nuestra casa común”.
Vivimos en un mundo herido, con mucha necesidad de amor. Guerras, injusticias, enfermedades, falta de trabajo... el mundo necesitado de amor, que el cristiano, unido a Cristo, puede dar a los demás.
-El Papa Francisco siempre tuvo mucha conexión con el Sagrado Corazón de Jesús, correlacionándola con la misión de los sacerdotes. La clausura del Jubileo de los sacerdotes en 2016 tuvo lugar el día de la Solemnidad del Corazón de Jesús donde pidió en la homilía de la misa que, como el Buen Pastor, dirigieran sus corazones a las ovejas descarriadas. ¿Cómo es el corazón de Jesús?
-Se explica en el capítulo tercero de la encíclica: “Este es el corazón que tanto amó”. El corazón es toda la persona de Jesús, que nos dirige a Dios Padre y al Espíritu Santo. Es decir, a la cercanía asombrosa de Dios en nuestra vida. En el capítulo 2 habla de los gestos, la mirada y las palabras de Jesús. Para sanar, cuidar, consolar, limpiar, animar…
-¿Cómo amar como Jesús?
-En el último capítulo, Amor por amor, en el número 198, desarrolla esta idea que recoge de santa Teresita del Niño Jesús: dejar que Jesús ame a cada persona a través de nosotros. Hacerse ofrenda de amor de tal manera que se desborden las “olas de ternura infinita” que hay en el corazón de Jesús.
-Recomendó en la primera Meditación también en el contexto del Jubileo releer Hauretis acquas de Pío XII . El corazón de Cristo es el centro de la misericordia, que se ensucia las manos, toca y limpia, comprometerse con la persona, con la herida. La encíclica dice que el corazón de Jesús es el Evangelio.
-El mensaje del Evangelio es el mensaje del amor. “Hemos creído en el amor que Dios nos tiene”. Pero que nos tiene a cada uno, en singular. Lo que muestra el Evangelio es cómo Jesús ama a este leproso, a este ciego, a esta viuda… A cada uno en concreto.
-En la encíclica se explica que el corazón es lo menos manipulable de la persona, es lo más íntimo y auténtico que poseemos. El corazón es menos standar que los comportamientos y menos predecible.
-Lo que afirma el Papa es que el corazón es como lo más propio del ser humano, lo más íntimo y auténtico de cada uno. El algoritmo y la IA demuestran que, en función de la inteligencia, somos bastante predecibles. En cambio el corazón de cada uno es insustituible. Ahí están todos los recuerdos de la vida que la hacen única y maravillosa. Tantos recuerdos de la infancia, como por ejemplo, la memoria del remate con un tenedor para cerrar las empanadillas que hacía con su abuela y su madre de niño.
-¿Qué ideas de esta encíclica pueden ayudar a crear un mundo mejor?
-Al principio de la encíclica habla de la importancia del corazón. En un mundo herido por las guerras, las injusticias (de la inmigración, de la falta de trabajo), de las enfermedades…; pero además despistado por el bienestar material y por la tecnología, es totalmente necesario volver a vivir desde el corazón, desde el corazón de cada uno. Y ahí darnos cuenta de las cosas más valiosas que tenemos, que son las personas a nuestro lado.
Es necesario volver a dar la importancia a las cosas que de verdad la tienen: el trato humano, personal, amable, con cada una de las personas con que nos encontramos, especialmente las más cercanas como la familia, el trabajo, la convivencia social.
-¿Qué le parece esta encíclica? ¿Qué idea le ha parecido mas novedosa? (la revelación se descubre)
-Hay una meditación muy personal de la figura de Jesús y de su amor. A través de muchos pasajes del Evangelio y de toda la historia de la espiritualidad de la Iglesia. A veces pueden ser demasiadas citas, pero revelan un patrón común: cómo a lo largo de toda la historia, la Iglesia, cada cristiano, ha vivido del amor de Jesús. Ser conscientes de que todas las realidades humanas están llenas del misterio del amor de Dios. El amor en lo concreto.
-De cara al jubileo en el 2025...¿Qué ideas de esa encíclica podemos rezar para prepararnos?
-Volver al mensaje del Evangelio: Jesús nos ama con oleadas infinitas de ternura. El nuevo despertar que debe suponer el jubileo parte de un entrar en el propio corazón y ahí olvidarse de todos los miedos. “Jesús, en Ti confío”. Recuperar la vida sacramental, la participación en la eucaristía y en la confesión, para que renovados Jesús pueda amar a través de nuestros corazones.