Una de las tumbas más visitadas y más cuidadas del cementerio municipal de La Purísima Concepción es la del Benito López Franco, conocido como el 'soldado de los milagros'. El sepulcro del joven soldado, natural de Cetina (Zaragoza), y fallecido en el acuartelamiento de Santiago de 1950, se ha convertido en un lugar de peregrinaje para muchos melillenses. Este es uno de los lazos más fuertes de Aragón con Melilla y el 1 de noviembre la Casa de Aragón en Melilla ha visitado la tumba del 'soldado de los milagros' para hacer su tradicional ofrenda de flores.
A diferencia de otros años, en los que la ofrenda la encabezaban los familiares de Benito, esta vez ha sido el presidente de la Casa de Aragón en Melilla, Marcos García Lacal, quien ha realizado la ofrenda en su nombre. En declaraciones a El Faro, García Lacal ha señalado que siempre ha sido la familia del soldado, sus sobrinos Vicente y Luisa, quien realizan este acto dese hace y más de veinte años y que lo0 hacen en colaboración con la Casa de Aragón desde la creación de la misma en 2015.
El pasado año no se pudo realizar el acto como medida de prevención por la covid-19, y en esta ocasión, los familiares no han podido asistir ya que Luisa, se encontraba indispuesta al haberse tenido que someter a un operación recientemente. Pero Marcos García ha aseverado que el próximo año estarán ahí como han estado siempre para rendir homenaje a la memoria de su tío Benito.
Quienes no han fallado a su cita este Día de Todos los Santos, y el resto de días del años son los melillenses devotos de este soldado al que le atribuyen la cualidad de conceder milagros. Son muchos los que se aproximan a la tumba del soldado aragonés para dejar una ofrenda de flores a su memoria a fin de que este le ayude a conseguir algún propósito.
Cuando se le pregunta a Marcos García por qué continúan llegando personas a la tumba para realizar ofrendas florables este responde que "es una cuestión de fe". Muchos creen en la cualidad de este difunto soldado maño, al que se le atribuye la capacidad de obrar milagros.
De hecho, García Lacal explica que ya la familia quiso trasladar la tumba de Benito a su localidad natal para que estuviese con los suyos, pero al parecer los melillenses les pidieron que lo dejasen donde estaba. Prueba del compromiso y devoción de los melillenses es el buen estado en el que se encuentra la sepultura del militar.
El soldado enamorado
La historia del soldado es lo que hace que perdure en la memoria. Hace unos años, en otro Día de Todos los Santos, el sobrino de Benito, Vicente López, explicaba en declaraciones a El Faro, la historia de su tío. Benito Pérez Franco estaba haciendo la mili en Melilla y pertenecía al Grupo de Regulares número 5, y al parecer conoció en la ciudad a una joven. Sin embargo, no estaban destinados a estar juntos. Hay historias en las que confrontan la versión del suicidio y el asesinato.
Al parecer la versión que comunicó el Ejército fue que el soldado se quedó solo en el botiquín del cuartel a la hora de la comida y posteriormente un superior lo encontró ahorcado con la cadena del lavabo. El caso fue archivado. Aunque la familia nunca creyó esta historia ya que al cambiarle de sepultura, pues estuvo en una fosa común, descubrieron que el cuerpo tenía el cráneo y un brazo partido.
“Se enamoró de una chica que no pertenecía a su clase social. Su padre era un mando importante del Ejército y no quería que estuviera con ella y le advirtió que si no dejaba de cortejarla, le pasaría algo. Vamos, le amenazó de muerte”, explicó López en aquel acto conmemorativo que realizó la familia en 2017.
A Benito lo mataron de un culatazo de un fusil, pues es la unica forma de partirle un brazo y la cabeza