A lo largo de toda esta semana el Casino Militar acoge la nueva edición del Rastrillo solidario de Manos Unidas. Todo lo recaudado irá destinado a la construcción de un pabellón para infecciosos en el Hospital San José de Lilongwe, Malaui. El vicario de Melilla, Eduardo Resa, acudió al local en el que se lleva a cabo este mercadillo para bendecirlo como acto de inauguración.
“Eso es motivo suficiente junto con los voluntarios y voluntarias de Naciones Unidas, que bendigamos este rastrillos a las puertas de comenzar con la campaña de Navidad, para que esas fiestas de Navidad también tengan ese sentido altruista de pensar en aquellos que están mucho más desfavorecidos”, expresaba el vicario Resa durante este acto junto a los voluntarios del mercadillo benéfico.
“Estamos un proyecto para Malaui, al sur de África, es la ampliación de un hospital para infecciosos. Hay mucha tuberculosis, hay mucho sida, y han pedido una ampliación porque no dan a basto con tanto enfermo para dar de sí, con todo lo que hay”, explicaba Marisa Luna, la organizadora de este rastrillo que ya es una cita casi obligada para todo melillense, ya que lleva muchos años celebrándose en la ciudad.
Cada año el proyecto es distinto y este año pretenden ayudar en la recaudación de los cerca de 43.000 euros que necesitan las Hermanas de la Caridad de Ottawa, de origen canadiense pero ya todas africanas, para construir este pabellón donde puedan tratar y controlar las enfermedades infecciosas que afectan a la mayoría de la ciudadanía malauí.
Sin buscar nada concreto
En este local cedido por el Casino Militar quien se acercaba podía ver juegos de vajillas, decoración para casa, cuadros, electrodomésticos y sartenes, libros de segunda mano y también mucha decoración navideña. “Concretamente no se busca nada, pero si vas viendo y algo te gusta, y por colaborar, pues siempre se lleva una algo”, contaba una de las voluntarias y asistentes del rastrillo.
Otro de los asistentes decía, que como las fiestas se encuentran muy próximas, estaba en el rastrillo de manos unidas para empezar a preparar y buscar algún regalo para Navidad.
Lo del ratrillo con cura icluiido me recuerda los años duros del franquismos.Menos caridad cristiana por hipócrita y más política y compromiso social contra él hambre en el mundo.A eso Cristo le llamaba sepulcros blanqueados.Esto no se ve en Europa.