El Gobierno de Marruecos atribuye la actual presión de la emigración sobre las fronteras de Melilla y Ceuta al éxito del cierre de sus fronteras marítimas a la emigración ilegal, que casi ha hecho desaparecer el tráfico de pateras. Según el ministro de Comunicación y portavoz del Gobierno, Mustafa al Jalfi, el tráfico de pateras ha descendido "un 95% en el plazo de diez años". Ayer aseguró que eso ha animado a la emigración ilegal a buscar "la entrada terrestre” por las dos ciudades autónomas. El ministro apuntó que en 2012 se registraron diez asaltos masivos contra las fronteras de Melilla y Ceuta, y en 2013 fueron unos 40.
Al Jalfi recordó, sin vincularlo con los asaltos a Melilla y Ceuta, que su Gobierno ha emprendido durante 2014 una operación de regularización de emigrantes "única en África" que ha recibido ya 10.000 solicitudes.