Se inicia un largo puente festivo, ecuador del mes de agosto melillense y antesala en la práctica de nuestra Feria. Un período vacacional por excelencia, que afortunadamente no se ha visto salpicado en los últimos días por la entrada de nuevos inmigrantes y que permite a la ciudad disfrutar del evento estelar del verano, tal cual es nuestra Semana Náutica. Más allá del casposo debate político local, de los dimes y diretes enrocados en los enfrentamientos irresolutos a pesar de la celebración de las recientes elecciones, Melilla puede sentirse satisfecha de la madurez de una competición náutica que, un año más, logra concitar a algo más de medio centenar de embarcaciones, sirviendo más que ningún otra actividad de hermanamiento entre las dos orillas del Mediterráneo y proyectando nuestra tierra con todo su potencial de ciudad mediterránea, dotada de muchos atractivos, singularidades y, sobre todo, un ambiente grato, cálido y acogedor para cuantos estos días han acudido a visitarnos.
Las bondades de la Semana Náutica se hacen en este fin de semana más patentes que nunca y sirven también para demostrar que los efectos positivos de nuestra Regata son muchos, entre otros la importante presencia del barco de la Armada, el Sirius V, que desde hoy ya puede contemplarse en nuestro puerto.
Buena singladura a todos los regatistas y que los melillenses también la disfrutemos.