El proceso de licitación para el contrato de seguridad privada de las dependencias municipales de Melilla ha generado un gran interés entre las empresas especializadas en este ámbito. Ocho empresas han presentado sus ofertas para hacerse con este contrato, que es clave para garantizar la seguridad en diversos edificios e instalaciones públicas de la ciudad autónoma.
El consejero de Seguridad Ciudadana, José Ronda, ha informado en una rueda de prensa que el procedimiento de licitación se encuentra actualmente en la fase de evaluación técnica, donde las empresas han presentado sus propuestas detalladas. Sin embargo, el proceso ha experimentado algunos retrasos debido a problemas técnicos con la plataforma de contratación del Estado. Ronda ha explicado que, aunque se había programado una mesa de contratación para ayer, la misma tuvo que ser pospuesta debido a fallos en la infraestructura digital.
A pesar de estos contratiempos, Ronda ha asegurado que el proceso se reanudará la próxima semana. "El contrato sigue su curso. La mesa de contratación se reanudará la próxima semana para seguir con la valoración de las propuestas", ha indicado el consejero.
Actualmente, las ofertas económicas aún no han sido abiertas, ya que en esta fase inicial se está evaluando la calidad y la viabilidad de las propuestas técnicas. Ronda ha explicado que una vez que se abran las ofertas económicas, se evaluarán en conjunto con los aspectos técnicos para decidir cuál de las empresas que se han presentado cumple con los requisitos establecidos y ofrece la mejor relación calidad-precio para las dependencias municipales.
El número de empresas que se han presentado, ocho en total, refleja el interés que ha suscitado este contrato, que abarca diversas áreas del servicio de seguridad privada. No obstante, Ronda ha subrayado que no todas las empresas que han presentado sus ofertas necesariamente cumplirán con los requisitos establecidos. "Aún no sabemos si todas las empresas cumplen con los requisitos de la licitación. Durante la mesa de contratación se irá valorando si alguna queda fuera del proceso", ha añadido el consejero.
La transparencia y el cumplimiento de los plazos es fundamental para la administración, por lo que la mesa de contratación se encargará de asegurarse de que se selecciona a la empresa más adecuada para asumir la responsabilidad de la vigilancia de las dependencias municipales.
La Purísima
En otro ámbito de seguridad, José Ronda también se ha referido a la situación en el centro de menores La Purísima, donde los altercados y las quejas sindicales han sido un tema recurrente. Los sindicatos han señalado que el personal disponible no es suficiente para hacer frente a los conflictos que surgen en el centro, lo que ha generado una sensación de inseguridad tanto entre los trabajadores como entre los menores que allí residen.
Ronda ha reconocido la complejidad de la situación y la sobrecarga de trabajo que enfrentan los educadores en el centro. "La Purísima es un lugar donde, en algún momento, hemos tenido hasta mil menores. La gestión de este centro es complicada y sabemos que los educadores tienen que lidiar con situaciones complejas día tras día", ha expresado el consejero. Sin embargo, Ronda ha subrayado que la seguridad interna del centro recae en el personal educativo, mientras que la vigilancia privada tiene un papel limitado y específico.
A pesar de esto, el consejero se ha mostrado dispuesto a reforzar la seguridad en caso de que los problemas persistan. "Si seguimos teniendo altercados y situaciones de violencia, nos plantearemos un refuerzo de seguridad puntual", ha indicado Ronda. De esta forma, el consejero ha dejado claro que la seguridad no es un tema que se tome a la ligera y que, si las circunstancias lo requieren, se tomará la decisión de aumentar el número de vigilantes para garantizar la seguridad tanto del personal como de los menores.
No obstante, la postura de Ronda ha sido clara en cuanto a la separación de responsabilidades. El consejero ha destacado que la intervención en los conflictos dentro del centro corresponde principalmente a los educadores y la dirección del centro y que la vigilancia privada no puede asumir la responsabilidad de la gestión directa de los menores. "Nosotros podemos ofrecer apoyo en términos de seguridad, pero los conflictos internos deben ser gestionados por los educadores", ha explicado.
Un futuro incierto
El proceso de licitación para la seguridad de estos edificios públicos refleja la necesidad de contar con profesionales especializados en el sector. Sin embargo, el retraso en la adjudicación y las posibles dificultades para cumplir con los requisitos técnicos y económicos dejan en el aire el futuro inmediato del contrato.
Por otro lado, la situación en La Purísima subraya la complejidad de gestionar un centro de menores que recibe a una población vulnerable y con problemáticas diversas. A pesar de las quejas, las autoridades siguen insistiendo en que el personal y la seguridad actual son suficientes, aunque se comprometen a reforzar el servicio si la situación lo demanda.
Lo que está claro es que tanto en el contrato de vigilancia como en la gestión de La Purísima, la prioridad de las autoridades sigue siendo garantizar la seguridad de todos los implicados: trabajadores, menores y ciudadanos. Sin embargo, los próximos meses serán cruciales para determinar si estas medidas resultan suficientes o si será necesario tomar acciones adicionales para mejorar la situación.
Fallos y contratiempos... Jejeje... apesta a leguas