Las bandas de música juegan un papel muy importante en las procesiones. La Semana Santa no se entendería sin las marchas que las distintas agrupaciones musicales interpretan durante las salidas de las distintas cofradías. La música es un elemento indisociable que contribuye a crear una atmósfera única de recogimiento, solemnidad y fervor. Acompaña a las oraciones y conecta con las emociones de las miles de personas que acompañan a las imágenes durante su recorrido procesional, intensificando ese sentimiento cofrade.
De igual forma, la música es una seña de identidad de cada una de las cofradías y un elemento diferenciador. Las composiciones procesionales forman parte de la tradición y del patrimonio cultural inmaterial de la Semana Santa de cada localidad.
Melilla cuenta con varias agrupaciones musicales de gran importancia que acompañan cada Semana Santa a las cinco cofradías y hermandades presentes en nuestra ciudad. Una de estas bandas es la Agrupación Musical de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación, que presume de ser una de las pioneras en la semana grande melillense. El Faro ha hablado con su responsable y uno de sus fundadores, José Hurtado, sobre la importancia que tienen las mismas en una procesión.
"La música pone ritmo y cadencia al paso de los hombres y mujeres de trono", explica Hurtado técnicamente.
Según aclara, las bandas son las encargadas de acompasar el andar de los portadores de los tronos. "Sin el tocar de los tambores, la cabeza y la cola del trono irían desacompasados, ya que la diferencia de alturas hace que la zancada del primero sea muy diferente a la del último", añade el responsable de esta banda.
La Agrupación Musical de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación no solo acompaña al Flagelado durante su estación de penitencia del Jueves Santo sino que también participan en las procesiones de La Pollinica el Domingo de Ramos y en la del Cristo Resucitado del Domingo de Resurrección. Pero su labor musical no solo se centra en la Semana Santa sino que se extiende a lo largo de todo el año y traspasa las fronteras de su Cofradía.
La banda volvió a ofrecer una vez más un pequeño concierto en el centro Gámez Morón y hace unas semanas también en el Centro Asistencial de la Gota de Leche. "Este tipo de actos también son Semana Santa y nos llenan muchísimo", destaca Hurtado.
A pesar de que la Semana Santa comenzó pasada por agua y no pudieron completar su recorrido, este Jueves Santo vuelven a las calles tras los pasos de Nuestro Padre Jesús Flagelado. Un acompañamiento musical muy especial para la banda, que este año se intensifica debido a lo ocurrido el Domingo de Ramos a causa de la lluvia. Tal y como subraya Hurtado, los niños que forman parte de la banda tienen muchas ganas de poder enseñar a la ciudadanía de Melilla el resultado del trabajo de un año de ensayos.
"Cada procesión tiene sus propios sentimientos y el Jueves Santo, que es nuestro día grande, la responsabilidad de que salga mejor que bien hace que los nervios estén a flor de piel", remarca el músico.
Esta agrupación tiene la suerte de poder ensayar bajo el techo de la casa hermandad de sus titulares, ubicada en el barrio de Batería J. Una posibilidad de poner trabajar librándose de las inclemencias meteorológicas que se producen durante el año. "En lo musical aprovechamos el año para el aprendizaje y perfeccionamiento tanto de los músicos como del repertorio", añade.