Ayer a primera hora de la mañana había, por segundo día consecutivo, más de 300 personas haciendo cola para vacunarse contra el coronavirus en el centro de salud de Polavieja. No voy a juzgar a la ligera ni a elucubrar sobre si se trata de antivacunas de principios de quita y pon como comentan en las redes sociales.
Tampoco los voy a tachar de insolidarios que claudican sólo porque quieren salir a Marruecos sin tener en cuenta que su salud, es la de todos. Mucho menos les voy a reprochar que decidan inmunizarse cuando estamos al borde de una séptima ola. Todo el mundo tiene sus razones y la vacunación, no se nos olvide, es voluntaria.
Si la reapertura de la frontera nos vale para inmunizar a toda la gente que no se había vacunado, bienvenida sea.
Entiendo que habrá de todo entre la multitud que ahora tiene prisas por pasar por la aguja. Entre ellos, quienes hoy no tienen la dosis de refuerzo porque tras la expansión de ómicron este invierno, desde el Ministerio de Sanidad se recomendó esperar cinco meses para ponerse la tercera vacuna.
No dudo que también nos encontremos a gente que ha tenido al suerte de pasar la pandemia sin protección no por convicciones sino por las fallas de información y publicidad de nuestra sanidad pública. He escuchado a una mujer decir que no se había vacunado porque no sabía a dónde ir y cuándo se entero dónde era, vio que para vacunarse tenía que faltar a su trabajo porque en Melilla solo vacunan de lunes a viernes y en horario de mañana.
El daño que se hace constantemente y a veces sin quererlo a las pequeñas y medianas empresas es terrible. Si en un bar hay un solo camarero, ¿puede estar persona permitirse cerrar el bar para ir a vacunarse? Claro que no. Lo mismo pasa con el comercio. La dependienta no puede cerrar en horario laboral para ir a por la vacuna.
Y en esas estamos. Después de seis olas de covid y ciento y pico de personas muertas, no hemos aprendido la lección. Se lo ponemos muy difícil a la gente trabajadora que, además, está de cara al público.
En otras comunidades habilitan puntos de vacunación los fines de semana, porque aquí de lo que se trata es de incentivar a la gente para que vaya a vacunarse. Ahí está el ejemplo de Marruecos, que ha montada una carpa de vacunación en la frontera.
El caso es que no es residual el número de personas residentes en Melilla, que está acudiendo a vacunarse al centro de salud de Polavieja. Llevamos al menos unas 400 por día en el inicio de semana y esto no parece que se vaya a acabar mañana.
Si a eso le sumamos el colapso del sistema de cita previa para sacarse el pasaporte y el DNI nos encontramos en una ciudad de gente sin vacuna y sin documentación al día. Todo lo dejamos para mañana y así nos va.
Ayer por la mañana, a primera hora me pasé por la frontera y, para mi sorpresa, pude comprobar que había más cola en Polavieja que en el paso de Beni Enzar. Comentando el asunto con un melillense que conoce la ciudad como la palma de su mano, él me explicaba que si antes del cierre de la frontera teníamos 30.000 entradas y salidas al día, la mayor parte de ellas guardaba relación con el comercio atípico.
Sin contrabando en la frontera, Beni Enzar se convierte en un paso exclusivo para quienes de verdad vienen a Melilla de visita y a partir del 31 de este mes, a trabajar. Él calcula que por la frontera pasarán unas 2.000 personas al día, lo que representa una cifra infinitamente inferior a las que teníamos cuando nuestros policías y guardias civiles se dejaban la vida en horario laboral. Recuerden Barrio Chino. Aquello era la muerte a pellizcos.
El caso es que no tiene por qué haber colapso ahora si los dos países deciden que el porteo es inadmisible. Pero de ahí a no dejar entrar en Melilla ni una barra de pan, como comentó un visitante marroquí entrevistado por El Faro, hay un abismo.
Todos sabemos cómo funcionan las prohibiciones. El estraperlo no se inventó en Melilla. Lo que no se pueda pasar por una aduana comercial, como ocurre en la mayoría de las fronteras del mundo, terminará pasando sí o sí. El que inventa la ley, inventa la trampa.
Por eso es importante que se regularice cuando antes el paso de mercancías. Si queremos traer tomates de Marruecos, habrá que ver si nos merece la pena no sólo comprarlos allí, sino, además, hacer la cola para pagar las tasas.
Aquí en Melilla, la delegada del Gobierno dijo que se permitiría pasar mercancías en régimen de viajeros y para saber lo que es eso hay que hacer uso del sentido común. Una madre con un bebé, llevará leche, yogurt, potitos y toallitas. Es así, le guste a quien le guste y le duela a quien le duela.
No podemos ahora reeditar en esta frontera la Ley Seca americana de los años 20 del siglo pasado. Es absurdo. Una cosa es el contrabando y otra cosa es comprar una tarta en Melilla y llevarla a la familia en Marruecos o, al revés, comprar tomates en Nador y traerlos a Melilla.
Hay que buscar un término medio entre lo ilegal y lo sensato. Seguro es difícil, pero si se ha podido reabrir la frontera, también se podrá encontrar la vía para que el tráfico de mercancías sea beneficioso para Melilla y también para Marruecos. Así, como estamos, no veo yo el beneficio para nuestra ciudad. No se trataba de abrir la frontera para tenerla abierta si más, sino para darle un respiro emocional y económico a nuestra gente. Lo primero ya es un hecho. Lo segundo, una quimera.
LO QUE DICE LORENZO EN SUS DOS ARTICULOS, ES LO MAS SENSATO QUE HE LEIDO EN MUCHISIMOS AÑOS, COMO SE DECIA ANTIGUAMENTE "tiene mas razon que un Santo".
OJALA EL GOBIERNO LO ESCUCHE;;QUE RAZON TIENE CUANDO COMENTA QUE LOS
JUDIOS E INDUES MARCHARON Y,; LOS QUE SALIERON PITANDO DEL PROTECTORADO ESPAÑOL Y FRANCES A RAIZ DE LA INDEPENDENCIA.YO TENIA 20 AÑOS Y LO VIVI.
SALUT
Acabo de publicar un comentario y, segundos después, ha desaparecido. Alguien puede explicarme qué pasa. ¿Se censuran algunos comentarios?
Puede esta persona permitirse cerrar el bar para ir a vacunarse? Claro que SÍ. ¿Y si hubiera cogido el COVID y estuviera ya en el cementerio, ¿ Cuántos meses llevaría el bar cerrado? ¿Cuántas miles de personas habrán estado expuestas junto a estos insolidarios y egoístas individuos que ahora pierden el culo por vacunarse porque, si no, no entran en Marruecos? Se aprovechan de la educación y del sentido ciudadano de aquellos melillenses que sí 'han perdido una hora' por su salud y la de todos. También de la de los egoístas insolidarios que se apuntan a todos los derechos pero nada quieren saber de las obligaciones.
Sería bueno que en el siglo en el que estamos , a la hora de analizar y opinar sobre la situación que hay en las dos ciudades autónomas con respecto a las relaciones que tienen con sus vecinos marroquíes , primero reconocer la sencibilidad que existe con respecto a las dos ciudades , basarse y respetar la independencia que tiene cada país , ya que es y debe ser compatible con la defensa de los intereses de cada uno , si cada uno se base en la reciprocidad a la hora de opinar , jamás se verán opiniones de carácter ofensivo o falta de respeto , reconocer la realidad de cada sociedad te ayuda a que nunca te sientas arrogante o con autoridad para analizar las cosas de una manera SUPERFICIAL .
Me da la impresión que el autor de este artículo, centra el problema fronterizo en el poder pasar un kilo de tomates o una tarta en ambos sentidos fronterizos, cuando el problema central es el cobarde incumplimiento por parte de Marruecos en aceptar lo pactado, y abrir un corredor comercial para el tránsito oficial aduanero de mercancías en importaciones y exportaciones. Como siempre este inútil gobierno español, cede a cambio de nada. Esta apertura solo beneficia a los cuatro marroquíes que vienen a trabajar a Melilla, y para que los familiares puedan verse y saludarse. Unas motivaciones muy pobres para haber traicionado al pueblo saharaui. España debe de reaccionar y o teta o sopa, pero nada de asentar y seguirle el cobarde juego a Marruecos. Esperemos que el Sr. Freijool, cumpla lo que predica, y le pongamos a Marruecos los puntos sobre la ies, y si para ello hay que volver a cerrar las fronteras, pues que así sea. Pero la sumisión, solo trae abusos, y enemistades serias.
Seamos claros: los marroquíes que ahora están saturando los centros de salud para inyectarse la vacuna lo hacen por pasar a su país, nada más. No lo hicieron en los momentos álgidos de la pandemia y por motivos sanitarios porque no les dio su real gana. No hay que buscarle otras aristas al asunto: no tienen mentalidad europea, son así de primarios. Tres cuartos de lo mismo para con la renovación de la documentación: ahora de repente todos en avalancha a obtener el pasaporte (regalado), perjudicando con esta mentalidad aborregada al conjunto de la población, a los que hacemos las cosas en tiempo y forma (de manera coherente y sensata) y a los que cruzar a Marruecos nos importa un bledo. La frontera ya está funcionando, es un hecho. Y ahora está teniendo el tránsito que tiene una frontera normal. 30.000 personas cruzándola diariamente para una ciudad de 80.000 habitantes era un descontrol y una burrada. Ahora entrará el que tenga su pasaporte en vigor y su correspondiente visado Schengen; por tanto, a esas personas se les presupone un cierto poder adquisitivo que beneficiará la economía de la ciudad: vendrán a consumir con estándares de calidad difíciles de encontrar en Marruecos. Dejar pasar sin control ni exigencias de visado a los nadorenses, como se hacía antes, sólo implicaba caos y que económicamente sólo se beneficiaran 4 empresarios, como ocurría antes, saliendo perjudicada toda la ciudad por el beneficio de unos pocos. La Aduana Comercial tiene que estar reinstaurada cuanto antes, para que toda mercancía que entre y salga de la ciudad lo haga de forma ordenada y conforme a la ley. Y, sobre todo, es hora de que el modelo económico de Melilla se reinvente: nada volverá a ser como antes. Más nos vale asemejarnos al modelo gibraltareño creando un régimen fiscal realmente atractivo, creando una economía de servicios navales (reparación de barcos, bunkering), todo tipo de negocios on-line, servicios financieros, etc. Melilla no puede enfocar su economía orientada al vecino pobre (pero sí debe atraer a su minoría pudiente), toca reinventase, formarse, tener inciativas audaces y abrirse a la economía y a las formas de negocio del siglo XXI en lugar de vivir estancados mentalmente y comercialmente en el siglo XX. ¡En marcha y a trabajar, Melilla!
Con los mandatarios que tenemos y con la representación del gobierno que hay actualmente, lo veo difícil, y no van a cambiar, están habituados a trabajar por inercia, es sistemática del suma y sigue para todo mantenerlo igual.
Se necesitan gente nueva con ganas de trabajar y con visión de futuro y de servir verdaderamente a Melilla.
Han tenido tiempo desde que se cerró la frontera, para trabajar en nuevos proyectos ¿han hecho algo?., sobran respuestas.
Estoy de acuerdo con lo que Usted expone y sus sugerencias, pero tengo mis dudas con lo que hay
Yo también tengo mis dudas. Habría que importar taiwaneses, gente trabajadora y emprendedora y muy buena para los negocios. Lamentablemente Melilla está donde está y el panorama humano y sociocultural es el que es... Los judíos y los hindúes se escaparon de Melilla al ver el pampaneo y aquí hay lo que hay... Transformar mentalidades de gente culturalmente africana, con tanto peso de una religión atrasada y que está aquí por los papeles y las subvenciones pero con la cabeza en Marruecos es muy complicado. Dudo que esto tenga solución, pero en fin, la esperanza es lo último que se pierde
Estoy totalmente de acuerdo con usted, imposible dar una visión mejor de lo que afecta y pasa en Melilla.!