Marruecos aseguró en su polémica carta a la ONU del 9 de septiembre en la que llama a Melilla "presidio ocupado" y niega la existencia fronteras terrestres con nuestro país, que hasta el momento solo ha podido identificar a uno de los al menos 23 fallecidos en el salto a la valla del 24 de junio.
Esta cifra de muertos en la tragedia de 24J ha sido muy cuestionadas por organizaciones no gubernamentales como la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), que habla de unas 70 personas, entre muertas y desaparecidas.
La persona identificada es un migrante procedente de Sudán. Los otros 22 cadáveres permanecen en la morgue del Hospital Hassani, de Nador. De todos se han tomado muestras de ADN y huellas.
Muertes por asfixia
Según los resultados de las autopsias practicadas en territorio marroquí, todas las muertes fueron "por asfixia mecánica" provocada por empujones y aglomeración "de gran cantidad de víctimas en un recinto herméticamente cerrado".
En ese escrito enviado a la ONU al que ha tenido acceso El Faro, Marruecos se refiere a los tornos de la frontera de Barrio Chino y sitúa las muertes en "un espacio sellado, con movimiento de multitudes en espacio de pánico".
Marruecos aclara que en los cuerpos de los migrantes fallecidos "no hay rastros de contusiones ni hemorragias externas" y añade que el aspecto de los cuerpos que han sido examinados "es médicamente compatible con casos de muertes por asfixia respiratoria mecánica". No obstante, no ha permitido a las familias ver los cuerpos.
De esta forma Marruecos contestó a la pregunta del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, que se interesó por las investigaciones realizadas para esclarecer las muertes de al menos 23 migrantes en el salto a la valla del 24 de junio.
En su respuesta, Marruecos habla además de los días previos a la tragedia. De esta forma, hace constar que el 18 de junio, la Policía tuvo conocimiento de la presencia de "un número muy elevado" de migrantes en uno de los bosques del monte Gurugú y como parte de "un enfoque preventivo", se trasladó hasta la zona con la intención de disuadir a los migrantes.
En ese momento, dice que les ofrecieron alternativas de retorno voluntario a sus países de origen o la reubicación en otras ciudades marroquíes "para sacarlos de las condiciones de vida en la selva que atentan contra la dignidad humana".
Sin embargo, según la versión oficial de Marruecos, "la reacción de los migrantes fue virulenta y agresiva y 56 agentes del orden resultaron heridos".
El 23 de junio, añade la respuesta marroquí a la ONU, la Policía volvió a intentar despejar el monte Gurugú, pero "este acercamiento fue recibido con una negativa violenta por parte de los migrantes que la atacaron y causaron 116 heridos".
Finalmente, el 24 de junio, un grupo de unos 2.000 migrantes intentó entrar por la fuerza en Melilla, a través del paso de Barrio Chino, armados con "garrotes", armas blancas y piedras.
La investigación en Marruecos se abrió inmediatamente después de que las imágenes de los fallecidos recorriera el mundo.