Marruecos ha dado un nuevo paso en la consolidación del puerto de Nador como uno de los grandes proyectos logísticos y energéticos del norte de África. El Gobierno marroquí ha anunciado esta semana una convocatoria internacional para la construcción y explotación de una terminal flotante de gas natural licuado (GNL) que se ubicará en el puerto Nador West Med, a escasos kilómetros de Melilla.
La ministra de Energía de Marruecos, Leila Benali, fue la encargada de presentar la iniciativa ante la Cámara de Representantes del Parlamento. “Esta semana lanzaremos una convocatoria de manifestación de interés relacionada con la primera fase del proyecto”, declaró Benali, destacando la importancia estratégica del plan. La nueva infraestructura estará conectada al gasoducto Magreb-Europa (GME), un conducto clave que transporta gas desde España hacia el país magrebí.
Además de esa conexión con el GME, la terminal servirá también a importantes zonas industriales situadas en Kenitra y Mohamadia, dos núcleos costeros del Atlántico. Se prevé que la planta tenga un impacto relevante en el abastecimiento energético marroquí, así como en la actividad logística portuaria.
Respaldado por Europa
La terminal de GNL forma parte de un programa nacional más amplio anunciado por la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable (ONEE), que contempla una inversión global de 11.000 millones de euros entre 2025 y 2030. Este plan tiene como objetivo incrementar la potencia eléctrica instalada del país en 15 gigavatios, de los cuales más de 13 procederán de fuentes renovables. Actualmente, Marruecos produce 5,5 gigavatios a partir de energías limpias, y su ambición es que el 52 % de su energía provenga de estas fuentes para 2030.
Este anuncio se suma a otros pasos relevantes que ha dado Marruecos para impulsar el desarrollo de Nador West Med. Entre ellos, destaca el acuerdo firmado con Francia para cooperar en la ampliación y modernización del puerto, así como la financiación de 110 millones de euros por parte de la Unión Europea. Esta inyección económica comunitaria ha generado inquietud en Melilla, cuyo puerto podría verse desplazado por su rival marroquí.
Desde la Autoridad Portuaria de Melilla, el reciente respaldo financiero de la Unión Europea a Nador ha sido calificado como “sorprendente”, especialmente por tratarse de una infraestructura que compite directamente con las capacidades logísticas de la ciudad autónoma. Las autoridades portuarias melillenses han expresado su malestar por lo que consideran una falta de equilibrio en el reparto de fondos europeos en la región, donde Melilla también busca fortalecer su infraestructura y conexiones comerciales.
El puerto de Nador, cuya entrada en funcionamiento está prevista para este año 2025, se perfila como un polo de atracción para mercancías, energía y tráfico marítimo, consolidándose como una plataforma multipropósito con ventajas competitivas frente al puerto melillense, tanto por su escala como por los recursos externos que está logrando atraer.
Nueva dinámica energética en el Magreb
El refuerzo del sistema gasista de Marruecos a través del GNL responde a una estrategia de diversificación y autosuficiencia energética que también tiene un trasfondo geopolítico. Desde que Argelia cerró el suministro a través del GME en 2021, Marruecos ha buscado alternativas que refuercen su seguridad energética. Con esta nueva terminal flotante en Nador, el país consolida su acceso al gas natural, incrementa su capacidad de almacenamiento y reduce su dependencia de fuentes externas vulnerables a tensiones diplomáticas.
A su vez, el hecho de que la infraestructura esté directamente vinculada al puerto refuerza la lógica intermodal del proyecto, integrando energía, transporte marítimo e industria, todo ello a menos de 50 kilómetros de Melilla. Esta proximidad reconfigura el mapa económico regional, introduciendo una competencia directa que podría afectar tanto al comercio como a los empleos vinculados al puerto melillense.
El desafío para Melilla
El desarrollo del puerto de Nador plantea desafíos inmediatos para Melilla. No solo en términos de tráfico portuario, sino también en cuanto a inversiones públicas, imagen exterior y posicionamiento geoestratégico. Desde varios sectores económicos locales se plantea la necesidad de reforzar el papel del puerto melillense mediante mejoras en conectividad, diversificación de rutas y atracción de fondos europeos.
El puerto de Nador avanza a paso firme, y su nueva terminal de GNL es una muestra más de la hoja de ruta trazada por Rabat para posicionar a Marruecos como actor logístico y energético de primer nivel en el Mediterráneo occidental. Ante este nuevo escenario, Melilla se enfrenta al reto de reinventar su papel en la región o correr el riesgo de quedar rezagada.