Los comerciantes del Rastro presentaron, el martes, al consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Hassan Mohatar, un documento firmado por entre 40 y 50 personas en el que le piden que “agilicen”, en la medida de lo posible, las obras que se están llevando a cabo en la calle García Cabrelles, dentro de la reforma que la Ciudad Autónoma está llevando a cabo en la zona.
Según ha explicado Yamal Sel-Lam, propietario de Toledo Shop, de todos los integrantes de la plataforma de afectados por la obra, tres acudieron a la Consejería para expresar su malestar por unos trabajos que comenzaron en octubre y cuyo plazo de ejecución se les dijo que sería de unos cuatro meses por fase. Como eran tres, la previsión era concluir las obras en el plazo de un año.
Sin embargo, según este comerciante, “el ritmo que llevan para nada coincide con lo que se había prometido", por lo que sugiere incrementar el personal destinado o ampliar su horario de trabajo.
Sel-Lam ha reconocido que los tres representantes de la plataforma fueron recibidos “muy cordialmente” tanto por el consejero como por el contratista o el responsable de lo relacionado con el agua y considera que “hay voluntad de hacer bien las cosas”. “Ellos achacan la demora al hecho de que se han encontrado inconvenientes en la obra, porque son tuberías muy antiguas y, por lo visto, hay un enjambre de canalizaciones y diferentes cuestiones que impiden que se desarrolle con la celeridad que ellos querrían”, ha explicado.
No obstante, el compromiso de Mohatar, según este comerciante, es el de que “en un mes o poco más” tendría que estar acabado, por lo menos, lo que es el asfaltado, y que las aceras necesitarían un mes más. Por lo tanto, esta primera fase de las obras tendría que terminarse en un máximo de tres meses, o esa es la “promesa” que les hicieron, según Sel-Lam.
El comerciante ha indicado que, cuando recriminaron a la ciudad haber cerrado la calle completa, hasta la gasolinera, en vez de por trozos, les respondieron que tenían que evitar que entraran coches para que los camiones que llegan a descargar las tuberías y el del material de construcción tuvieran ese espacio libre. Además, así los comerciantes podían emplear ese espacio para la descarga de sus mercancías, pero sin permitir el paso a otro tipo de vehículos.
“En principio, creemos en la palabra del consejero. Pensamos que se ha tomado interés personal en el asunto y ahora ya depende de la adjudicataria de las obras y el gabinete técnico que le den la celeridad que hemos pedido”, ha asegurado Sel-Lam, quien reconoce que todos piensan, pese a todo, que la obra era necesaria, ya que, cuando llueve mucho, les entra el agua en los comercios, “al margen de las aguas fecales”. “Lo que hace falta es que se den prisa en terminarlo, porque el comercio está muy afectado por la obra”, ha solicitado.
Los propietarios de los negocios calculan las pérdidas entre el 50 por ciento y el 80 por ciento desde que comenzaron las obras. “O sea, que el daño es considerable”, ha remarcado Sel-Lam, quien pidió al consejero que estudie la posibilidad de compensarlos económicamente. Según él, Mohatar les dijo “que lo iba a estudiar y a proponer”, y que, aunque no iba a ser fácil, “iba a poner todo su empeño".
Hay muchos negocios ahí que comen al día eso tiene que acabar pero ya