Según el presidente de la rama de la Hostelería de Melilla, Chaki, las ventas en la hostelería de Melilla se han igualado como mucho al año anterior durante este verano, pero no se puede pensar en una superación. Las ventas se mantienen, pero no van más allá.
Las razones han sido varias como por ejemplo el elevado nivel de humedad durante la época de calor, dado el viento de Levante tan fuerte que ha padecido esta temporada de verano en Melilla no invitaba a la gente a salir y por lo tanto a consumir. Los mediodías han sido desoladores.
Si bien es cierto que ha habido más gente, también ha existido una contención de gasto, según Chaki por el aumento del precio de los billetes y también por el aumento de precio de la habitación de los hoteles. "Ha habido un efecto rebote con el tema de los bonos". "Al haber más demanda lo que se ha hecho es subir mucho más los precios".
Para Chaki el tema de la Eurocopa ha influido también de alguna manera , ya que la gente se ha quedado en casa viendo el fútbol. Si bien es cierto que en agosto las primeras semanas han sido fatales para la hostelería en Melilla, pero ha habido una recuperación al finales del citado mes sobre todo en la segunda quincena se ha remontado .
Para el presidente de los hosteleros lo que prima en las visitas que ha tenido Melilla ha sido el consumo en la residencia de Hotel y el viaje en sí, lo último queda siempre para el comercio y para la hostelería "ya que cada familia tiene su propio presupuesto y éste tiene sus prioridades".
En los días de Feria, en el ocio nocturno ha habido un poco más de oferta. Sin embargo ha sido prácticamente semejante al año anterior y en temas de casetas de comida el mediodía ha sido desolador, aunque por la noche se ha consumido. Sin embargo este desequilibrio en el consumo de horario se ha sacado una facturación aceptable. No obstante, si bien los fines de semana ha habido consumo, muchos días de semana se han quedado al descubierto.
Lo que marca la diferencia es el IPC que tiene la Hostelería, que es "altísimo", por lo que aunque se iguale o se supere un poco, el IPC de los productos que compran los establecimientos, aunque se venda, no se tienen los mismos resultados. Hay que diferenciar entre facturación, aforos y beneficios. Por lo que el futuro para esta temporada de otoño e invierno es más que incierta.