Se acabaron la vacaciones para los niños de Infantil y Primaria. Los escolares regresan mañana a las aulas y en breve recorrerán ese mismo camino los estudiantes de Secundaria. Entre unos y otros en Melilla son unos 18.800 alumnos, casi 200 más que el año pasado, según los datos facilitados a El Faro por José Manuel Calzado, director provincial de Educación, que cifra en un 1% el incremento.
La crisis económica y los ajustes se sentirán este curso en las aulas. La contratación de docentes ha descendido, las ratios continúan en unos niveles preocupantes y faltan centros de enseñanza. Esa es la realidad a la que deberán enfrentarse los responsables de Educación en Melilla y en la mayor parte del resto de España. El desafío es intentar que los recortes afecten en la menor medida posible a los alumnos porque el futuro del país depende en gran parte de la preparación intelectual y de las habilidades profesionales que sean capaces de desarrollar para desenvolverse en un mundo globalizado y altamente competitivo.
Ante el “duro invierno” que hace unos días vaticinaba el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, los sindicatos se preparan para un “otoño caliente”. Las expresiones utilizadas por uno y otros hacen prever que no va a haber tiempo para la crisis postvacacional. Este año ese síndrome no tiene razón de ser en medio de la tormenta financiera que azota España. Los datos económicos continúan aún si hacer posible mirar con optimismo al futuro más inmediato, que en el corto plazo puede depender del acierto de decisiones políticas, pero que deberá asentarse en gran medida en las habilidades, las capacidades y la formación que adquieran los alumnos que a partir de mañana regresan a los centros educativos. En Melilla son unos 18.800 estudiantes. De su trabajo y del sobre esfuerzo que se pide a sus profesores depende en gran medida la prosperidad de nuestra ciudad.