La Universidad de Granada (UGR) junto a doce asociaciones melillenses han presentado otro año más en el Campus de Melilla la campaña mundial por la educación, bajo el lema "Transformar Acción en Igualdad".
Al acto han acudido la decana de Ciencias de la Educación y del Deporte, Lucía Herrera, en representación de la UGR y por parte de las asociaciones han estado presentes Isabel Torrente, de Melilla Acoge; José Luis López, de SATE-STEs; Laura Antón, de Aspanies Plena Inclusión Melilla; Joan Casares, de FAMPA y Llunaida Mohamed, de Movimiento por la Paz.
En primer lugar, Isabel Torrente afirma que el mundo se enfrenta a una crisis educativa global. Por este motivo, las Naciones Unidas explican que la educación se encuentra en una triple crisis: una crisis de equidad, puesto que millones de personas se hallan en situación de no escolarización; una crisis de calidad, porque muchas personas escolarizadas ni siquiera están aprendiendo lo básico, y por supuesto, una crisis de pertinencia, ya que muchos sistemas educativos no están dotando de los conocimientos y habilidades fundamentales para una ciudadanía activa en "el complejo y rápidamente cambiante mundo actual en el que vivimos".
Esta crisis también es una crisis de desigualdad y discriminación: las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes se encuentran con mayores barreras y dificultades para acceder a la educación, completar su formación, encontrar referentes y prepararse para participar en todos los ámbitos de la sociedad, incluido el empleo del futuro.
Asimismo, resalta que aunque en los últimos 20 años se han dado pasos de gigante en la educación de niñas y mujeres, se calcula que 20 millones de niñas de secundaria podrían no volver a la escuela tras la pandemia del COVID-19. Los impactos de la crisis climática provocarán que al menos 12,5 millones de niñas no completen su educación cada año hasta 2025.
Acto seguido, Lucía Herrera informa que a nivel mundial, las niñas entre 5 y 9 años y de entre 10 y 14 invierten, respectivamente, un 30% y un 50% más de su tiempo en trabajos del hogar que sus pares masculinos. Esta distribución del trabajo por género reafirma los patrones de que niñas y mujeres son responsables de los trabajos de cuidados no remunerados y reduce sus oportunidades de tener un aprendizaje a lo largo de la vida y un avance profesional.
En el caso de España también presenta una serie de desafíos que se deben abordar. Algunos de estos son las diferencias en la elección de los estudios profesionales y universitarios, la feminización de la profesión docente, los estereotipos de género y la brecha digital de género.
Por último, Laura Antón resalta que en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entre los que se encuentra España, solo el 14% d las estudiantes que lograron los mejores resultados en ciencias o matemáticas pensaban trabajar en el campo de la ciencia y la ingeniería, en comparación con el 26% de los chicos.
En España, solo un 13% de los estudiantes de las llamadas carreras STEM, relacionadas con sectores como la ciencia, la tecnología, las ingenierías y las matemáticas son mujeres.
De esta forma, según indica el Barómetro Juventud y Género, un 26% de las mujeres y un 30,8% de los hombres siguen considerando que los sectores asistenciales y de cuidados son más adecuados para las mujeres, así como también el ámbito de la educación y la docencia, 22,2% en el caso de ellas y 27,1% en el caso de ellos.