Este complemento se hace indispensable en las procesiones de Semana Santa unido a otros elementos como son la peineta y el broche que recogen y sujetan la prenda.
Una de las escenas tradicionales de la Semana Santa en España es ver a los tronos acompañados de los nazarenos y de las mujeres vestidas con mantillas. En el caso de Melilla esta estampa se repite todos los años en las procesiones que recorren las calles de la ciudad. Cuando una mujer va de mantilla es que acompaña al Cristo en su pasión o a la Virgen en su duelo, de forma que el atuendo debe ser solemne y elegante para la ocasión. La mantilla, los guantes, el vestido negro y el rosario conforman la vestimenta de estas mujeres.
Características
En Melilla se denomina ‘mantillas’ a las mujeres que llevan esta prenda y que acompañan a las procesiones, aunque en otras partes de España reciben el nombre de ‘madrinas’.
No obstante, el protocolo es igual para todas y el atuendo adecuado se compone de un vestido negro con un corte por debajo de la rodilla, medias negras, zapatos negros con el tacón que cada mujer pueda aguantar, guantes negros y un rosario. Pero el complemento por el que se destaca esta figura en las procesiones es la mantilla que debe ser de color negro y debe estar sujeta en el moño con una peineta o peina y un broche, como indica Maribel Pinto.
Las mantillas de otro color no se suelen utillizar en esta época del año, ya que el negro simboliza el luto y las de color crema o blancas son más propias de bodas o de cuando se va a las corridas de toros.
Cómo colocar la mantilla
Casi se trata de un arte la forma de colocar una mantilla y dure en su sitio toda la jornada, pero tan sólo hay que poner en práctica varios trucos, como por ejemplo que el largo de las puntas llegue hasta el largo de la falda y que se recoja en los hombros con unos alfileres para que el movimiento que la mujer dé a la mantilla sea lo más natural posible.
En este sentido, hay varias formas de mantilla aunque la más común tiene 1,10 por 2,20 metros y en cuanto al tejido las hay de blonda, chantilly y tul. Así, una mantilla con estas medidas y de blonda tiene un precio cercano a los 95 euros, tal y como informó Encarni, de la tienda Costa Azul.
Por otro lado, están las peinas con varios tamaños según la altura de las mujeres que rondan entre los 40 y 45 euros la pieza. Otro de los elementos que completa esta parte de la vestimenta es el broche que sujete parte de la mantilla en la parte superior para darle vuelo y fijarla sobre la peineta.
Antiguamente, las mantillas, es decir, las mujeres que acompañaban al Cristo o a la Virgen en procesión llevaban joyas de plata vieja, pero actualmente las joyas que más se ven son las perlas, que además, lucen mucho mejor sobre ropas negras.
Historia
Fue la reina Isabel II quien puso de moda en su corte el uso de la mantilla, ya que era muy aficionada a los tocados y diademas. La tradición se perdió con su muerte y más tarde se recuperó aunque más pequeña en forma de ‘toquilla’ para acudir a la iglesia.
Finalmente, esta prenda sólo se utiliza en ocasiones especiales como bodas o en Semana Santa.