La Benemérita hace una batida en Melilla La Vieja para despejarla de inmigrantes.
La Guardia Civil interceptó en la jornada de ayer a 22 menores extranjeros no acompañados (menas) en las escolleras del casco antiguo, según informaron fuentes oficiales de la Comandancia de Melilla a El Faro, las cuales señalaron que se trataba de una operación rutinaria y que se enmarca en las batidas que los agentes de la Benemérita suelen realizar por la zona para despejarla de inmigrantes.
Hay que recordar que la parte del espaldón y los acantilados de Melilla La Vieja sirven de refugio a los inmigrantes, generalmente menores de edad, que tienen intención de colarse como polizones en los barcos que zarpan rumbo a la península. Suele tratarse de personas de origen magrebí, como ocurrió con las 22 que fueron localizadas ayer por la mañana.
Desde primera hora, la Guardia Civil activó un dispositivo de vigilancia en la cuesta de la Florentina para buscar a los inmigrantes que se escondían en las escolleras. El dispositivo concluyó con la localización de 22. Todos los menas fueron puestos a disposición de la Ciudad Autónoma, que es la responsable de la tutoría de estos menores.
Otras batidas realizadas a lo largo del presente ejercicio se saldaron con más jóvenes interceptados, como es el caso de la que tuvo lugar en mayo, cuando fueron localizados 70 inmigrantes, 61 de ellos menores de edad.
Por otro lado, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) explicó a El Faro que este tipo de operaciones suelen realizarse tres o cuatro veces al año. Además, apuntaron que se trata de actuaciones “que carecen de eficacia”, pues se trata más bien de “puro maquillaje de cara a la opinión pública”.
Fuentes de la asociación indicaron que el problema con los menas continúa siendo el mismo: Los niños son llevados a los centros de acogida de la Ciudad Autónoma “y al minuto uno” vuelven a estar en la calle, ya que no se les puede impedir que abandonen estas instalaciones.
La inmensa mayoría de los menores que dejan los centros se dirige a las escolleras del puerto comercial, donde esperan su oportunidad para colarse en los barcos sin ser vistos.
Además, la AUGC señaló que los daños materiales en la zona de seguridad del enclave melillense “son cuantiosos”.