En Melilla, la solidaridad no es una palabra vacía. Es una realidad que se manifiesta en el trabajo constante de personas comprometidas, como las voluntarias de Cáritas Castrense, que desde el corazón de la ciudad y con medios limitados, se dedican a atender las necesidades básicas de familias en situación de vulnerabilidad. La campaña de recogida de alimentos de verano, organizada por esta institución, comenzó el 19 de mayo y se extenderá hasta el 19 de junio, con el objetivo de abastecer su almacén para seguir prestando ayuda de manera mensual.
El punto de recogida principal es la sede de Cáritas Castrense, ubicada en la calle Pablo Vallescá y el horario habilitado para las donaciones es los jueves de 11:00 a 13:00 horas. Sin embargo, para quienes no pueden acudir en ese margen, también se ha habilitado un sistema alternativo: es posible dejar los productos en la iglesia Castrense, desde donde se trasladan posteriormente a la sede.
Tres mujeres al frente de la ayuda
Detrás de esta campaña hay un equipo humano reducido, pero incansable. Actualmente, tres voluntarias son las encargadas de sostener la actividad de Cáritas Castrense en Melilla: María del Mar Ferrer, Rosa Carbajo y Marines Naranjo. Cada una tiene su rol dentro del engranaje y entre todas organizan las donaciones, el almacenaje y el reparto mensual de los productos.
Marines Naranjo, una de las voluntarias ha explicado a El Faro el procedimiento.
“Una vez que mi compañera me pasa los nombres de las familias que podemos atender, yo me encargo de recoger los alimentos, organizarlos y entregarlos. Lo hacemos una vez al mes, normalmente a mediados, porque entendemos que venir cada semana expone demasiado a las personas. Preferimos una entrega mensual, más discreta, que garantice la dignidad de quienes acuden a nosotros”.
En la actualidad, nueve familias reciben ayuda de forma regular. La mayoría de ellas tienen menores a su cargo, lo que convierte algunos productos específicos en bienes muy necesarios: cereales, pañales, potitos, entre otros.
¿Qué se necesita con más urgencia?
Entre los productos más demandados por Cáritas se encuentran los alimentos básicos no perecederos y de uso diario: Tomate frito, cacao en polvo, leche, galletas, atún, harina, azúcar y aceite.
Este último, el aceite, representa un reto para la campaña, debido al alto precio que ha alcanzado en los últimos tiempos. “Sabemos que el aceite está por las nubes, por eso entendemos que no todos pueden donarlo, pero cuando llega, lo agradecemos muchísimo”, ha explicado Marines.
Además de alimentos, también se aceptan productos de higiene personal y limpieza, algo que, aunque menos habitual en las donaciones, resulta igualmente esencial: champú, gel, compresas, pasta de dientes, toallitas, etc. “Todo lo que sirva para ayudar a mantener una vida digna es bienvenido”, ha afirmado la voluntaria.
Donaciones que requieren organización
A diferencia de lo que muchos imaginan, la labor en Cáritas Castrense no se reduce a recibir productos y repartirlos. Detrás de esto hay una labor de investigación sobre las familias, para saber si realmente lo necesitan y comprobar que no están recibiendo alimentos de otras ONGs.
Además, todo lo que entra en el almacén debe ser contabilizado, pesado, clasificado y registrado. “Cada seis meses enviamos a Madrid un informe detallado con los kilos de alimentos que han entrado y los que han salido”, ha comentado Marines. “No podemos simplemente meter la comida en una estantería. Todo se cuenta y se ordena por fecha de caducidad para evitar pérdidas o entregas de productos caducados”.
Este trabajo exige dedicación y mucha atención al detalle. El almacén debe mantenerse ordenado para que los productos que caduquen antes estén siempre al alcance y se entreguen primero. “A veces se puede escapar algo, somos humanas, pero intentamos que todo esté bien controlado”, ha añadido.
Una labor que se extiende
Cáritas Castrense no trabaja sola. Existe una estrecha colaboración con el Banco de Alimentos de Melilla, con el que comparten objetivos y esfuerzos. En las últimas semanas, Marines participó en una de las campañas de recogida del banco, colaborando en supermercados locales como el Family Cash y el Suma.
Esta red de colaboración permite que los recursos se optimicen, que las ayudas lleguen a más personas y que se refuerce el impacto de la solidaridad melillense. “Fue cansado, pero valió la pena. Hay mucha gente buena en esta ciudad”, ha destacado Marines.
¿Cómo se puede colaborar?
Cualquier persona puede colaborar en esta campaña llevando alimentos o productos de higiene a la sede de Cáritas los jueves por la mañana. No hay un mínimo ni un producto obligatorio. Todo suma. Desde un paquete de galletas hasta una botella de aceite, cualquier aportación es valiosa.
Para quienes desean colaborar como voluntarios, hay que seguir un procedimiento más formal. “No es solo venir diez minutos y decir ‘he ayudado’. Aquí manejamos datos personales, situaciones delicadas. Hay que firmar ciertos papeles y asumir un compromiso”, ha aclarado Marines. “La discreción y el respeto son fundamentales”.
Una ciudad que responde
A lo largo de los años, Cáritas Castrense ha comprobado que la gente de Melilla es solidaria. En la campaña del año pasado, las donaciones permitieron cubrir las necesidades de las familias durante varios meses. Este año, a pesar del contexto económico complicado, la respuesta está siendo positiva. “Sabemos que ahora mismo con 50 euros no llenas una bolsa de la compra. Es difícil para todos. Pero aun así, hay gente que aporta lo que puede. Eso es lo que más valoramos”.
Marines Naranjo ha lanzado un mensaje de ánimo a quienes aún no han participado:
“Yo lo único que animo a la gente es a que den un empujoncito más. Sé que cuesta, que estamos todos apretados, pero si puedes dar algo, por pequeño que sea, estás ayudando”.
Más que comida
El trabajo de Cáritas Castrense va más allá de lo material. Cada entrega, cada conversación, cada gesto, forma parte de una red de apoyo emocional y humano. “Cuando la gente viene a recoger alimentos, no solo se lleva una bolsa. Se lleva también el saber que a alguien le importa su situación”, ha concluido Marines.
Con esta campaña en marcha hasta el 19 de junio, Cáritas Castrense de Melilla vuelve a demostrar que, con organización, compromiso y corazón, se puede transformar la realidad de muchas personas. Porque en tiempos difíciles, la solidaridad sigue siendo la mejor respuesta. Y tú, puedes formar parte de la solución.