Durante la segunda jornada del XXI Congreso Nacional del Partido Popular, celebrada este sábado en Madrid, dos voces destacadas del partido (el senador por Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, y el vicesecretario de Educación e Igualdad del PP, Jaime de los Santos) han ofrecido un balance positivo del encuentro y pusieron el foco en Melilla como ejemplo de gestión política seria y comprometida. El evento ha servido como plataforma para consolidar liderazgos, reafirmar el proyecto político del PP y proyectar su imagen a nivel europeo.
Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, senador por Melilla, ha destacado la aprobación por unanimidad de las dos ponencias principales del Congreso (la de Estatutos y la Política) como muestra de la unidad y madurez interna del Partido Popular. Ambas han sido ratificadas tras haber pasado por un proceso participativo y abierto de enmiendas, lo que, a juicio del senador, refuerza el mensaje de democracia interna y cohesión que el partido quiere trasladar a la ciudadanía. “Ha habido muchísima participación de las diferentes organizaciones nacionales y al final se han aprobado con unanimidad las enmiendas incorporadas”, ha expresado.
En un momento clave para el centro-derecha español y europeo, Otazu ha valorado especialmente el respaldo que ha recibido Alberto Núñez Feijóo por parte de los principales líderes del Partido Popular Europeo. En una iniciativa organizada por sorpresa, el presidente del PP ha sido homenajeado con un vídeo en el que varios primeros ministros europeos expresaban su apoyo a su liderazgo. Además, la presencia del presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, y del primer ministro de Portugal, Luis Montenegro, ha reforzado la proyección internacional del PP como fuerza clave del centro-derecha en Europa. “El respaldo del PPE y de primeros ministros europeos es un aval al liderazgo de Feijóo y al proyecto del Partido Popular”, ha subrayado Otazu.
El senador también ha remarcado el éxito de la sesión con la presentación de los informes de los tres portavoces de los grupos parlamentarios populares: Esteban González Pons, Miguel Tellado y Alicia García. Sus intervenciones han servido para reflejar el trabajo legislativo realizado y la solidez del proyecto político popular en todas las instituciones. Según Otazu, la masiva presencia de militantes y cargos institucionales en la sede ha sido una clara muestra de la fuerza y unidad del partido. “Muy diferente a lo que por los medios nos llega de lo que está sucediendo en Ferraz, lo cual nos llena de orgullo y de satisfacción”, ha añadido, en alusión a las tensiones internas que vive el PSOE.
En esa línea, ha defendido que el PP no busca el poder por una cuestión de ambición o revancha política, sino con la clara voluntad de servir a todos los ciudadanos. “El Partido Popular no persigue ocupar el poder por el mero hecho de ocuparlo sino para servir al conjunto de los españoles sin discriminar por ideología, por condición y por ninguna otra circunstancia”, ha recalcado. Para Otazu, el objetivo del partido es claro: trabajar por el bienestar de todos los españoles, independientemente de su ideología o su sentido de voto.
Por su parte, Jaime de los Santos ha querido trasladar un mensaje de cercanía y compromiso hacia Melilla, una ciudad que (según sus palabras) encarna muchos de los valores que defiende el Partido Popular. El vicesecretario de Educación e Igualdad del PP no ha escatimado elogios hacia el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, a quien ha calificado de “gran amigo” y “referente” dentro del partido. “Si en política no venimos a hacer las cosas bien, no merece la pena, y en eso Juan José Imbroda es insuperable: en cómo hacer que cada día las vidas de los melillenses sean un poquito mejor”, ha expresado.
De los Santos también ha denunciado la situación que vive Melilla bajo el Gobierno de Pedro Sánchez, al que acusó de abandono, especialmente en áreas como Sanidad y Educación. Ha afirmado que la falta de gestión del Ejecutivo socialista está teniendo efectos muy negativos en la ciudad, pero puso en valor el esfuerzo del Gobierno de Imbroda por revertir la situación con políticas útiles y efectivas. “La gratuidad en las escuelas infantiles o el impulso a la universidad son medidas reales que mejoran la vida de los ciudadanos”, ha señalado. Para De los Santos, la educación es una herramienta clave para la igualdad. “Sin educación no hay nada. El único ascensor que asegura la igualdad es la educación”.
Más allá del plano político, el vicesecretario ha dedicado palabras especialmente sentidas hacia la ciudad autónoma, destacando su riqueza patrimonial, cultural y arquitectónica. Ha asegurado que visitará Melilla cada vez que sea invitado por Imbroda, el secretario general Miguel Marín o la diputada nacional Sofía Acedo. “Qué suerte es vivir en una tierra y tener a personas como ellas velando por las cosas que importan a los melillenses”, afirmó. Y ha concluido con una frase cargada de cariño. “Es difícil encontrar una tierra mejor que esta”.
Tanto las palabras de Otazu como las de De los Santos reflejan una visión política que busca combinar el liderazgo nacional con la sensibilidad local. Mientras el primero ha puesto el foco en la imagen internacional del PP y su solidez interna, el segundo ha aterrizado esa visión en el caso concreto de Melilla, una ciudad que para ambos representa un modelo de buena gestión, cercanía y responsabilidad pública.
El XXI Congreso Nacional del Partido Popular ha dejado así una imagen clara. La imagen de un partido cohesionado, con liderazgos sólidos, con vocación de servicio público y con una mirada puesta tanto en el futuro de España como en el bienestar de cada uno de sus territorios, entre ellos, Melilla.
Imbroda vela por sus intereses personales y el interes personal de los suyos y del conjunto del PP. Las tramas más corruptas de la historia en nuestra ciudad con sus correspondientes desfiles de la UCO por nuestras instituciones sólo se han dado con el PP y con Imbroda a la cabeza.
¿En qué tipo de distopía viven ustedes? Completamente desconectados de la demanda popular.
Hipocresía en estado puro.