Ha desembarcado en Melilla hace pocas semanas y ya ha provocado un gran revuelo. Entrar en ‘Imaginarium’ es entrar en un mundo que parece estar ideado por niños. Una nueva franquicia que gracias a la iniciativa de un matrimonio melillense podemos disfrutar en la ciudad.
No es sólo una tienda de juguetes, es la solución a todas las dudas que nos asestan a la hora de realizar el regalo apropiado a la edad y las necesidades de un niño. En ‘Imaginarium’ está todo estudiado, todo imaginado y hecho realidad.
La creatividad y la estimulación en la educación de los más pequeños son los valores en alza entre otros muchos, de esta empresa que antes de vender un juguete, éste, ha pasado por estudios de puericultura y especialistas en educación.
De esta manera, en ‘Imaginarium’ encontramos multitud de secciones para todas las edades desde los 0 hasta los 8 años, y no sólo de juguetes, si no de todo tipo de elementos para la educción y el cuidado de un niño. Así, hallamos en los estantes de este precioso espacio desde las convencionales ‘cocinitas’ para las niñas con todo lujo de detalle –platos, vasos, menaje de cocina, carro de la compra con envases de primeras marcas, esos si, ficticios– y mesas de herramientas para los niños hasta ropa, gafas de sol y elementos para el cuidado y vestido de los más pequeños.
Colección de cuentos
‘Imaginarium’ también ofrece una bonita colección de cuentos infantiles y juegos que estimulan la escritura y dibujo porque ¿A qué niño no le gusta dibujar?.
Muebles y decoración para las habitaciones de los pequeños de la casa también podemos encontrarlos en este mundo de fantasía infantil.
Además, este espacio preciosamente cuidado y diseñado cuenta con una atención personalizada y personal preparado para solventar las dudas de todo el que quiera adquirir un producto con unas características concretas.
Cuando Javier Alarcón y Beatriz Almendros decidieron traer ‘Imaginarium’ a Melilla, soñaron que la ciudad le daría una buena acogida a esta iniciativa, imaginaron que a este mundo de fantasía niños y padres acudirían juntos a un espacio de cuento.
Y como en los cuentos infantiles, en el mundo que ellos imaginaron, su sueño se ha hecho realidad.