El consejero de Medio Ambiente celebró la inauguración de Horcas Coloradas, aunque lamentó que el vertedero de residuos “perjudique la panorámica del lugar”.
El consejero de Medio Ambiente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Ramón Gavilán, no quiso perderse el acto de inauguración de la nueva playa de Horcas Coloradas, al que acudió en representación del Gobierno local. En palabras a los asistentes, el máximo responsable del área apuntó que el de ayer fue “un gran día” para la ciudad, ya que ésta es la primera playa a mar abierto de la que dispone, aunque recordó que tan sólo 400 metros de la misma son utilizables, por el momento, debido a que en el extremo norte hay una zona de seguridad militar.
En este aspecto, apuntó que serán necesarias nuevas gestiones con el Ministerio de Defensa para limitar este “área de peligro”, ya que se efectúan maniobras militares en dichos terrenos.
También recogió el guante lanzado por la Administración del Estado, pues precisó que a la playa aún le resta la implantación de ciertos servicios para que esté completa. Así, confirmó que la Consejería que dirige procederá en breve a la implantación de éstos, entre los que se cuentan una estación depuradora, un puesto de Policía, iluminación, aseos y socorrismo.
Pese a que, en líneas generales, aplaudió la determinación de la Administración del Estado para llevar a cabo la rehabilitación de Horcas Coloradas, también recordó que el Gobierno melillense aportó su granito de arena al proyecto con la construcción del vertedero de residuos inertes, cerca del cual discurre la carretera de acceso a la nueva playa.
No obstante, apuntilló que la ubicación de éste perjudicaba la visión panorámica de la zona, aunque concedió que “cuando bajemos hacia la playa, miraremos hacia el mar y no al vertedero”.
También celebró la creación del nuevo paseo marítimo que discurre desde la Alcazaba hasta Horcas Coloradas, pues consideró que sirve para realzar la belleza natural de la zona y para que los melillenses puedan pasear tranquilamente cerca del mar.