El Teatro Kursaal Fernando Arrabal ha sido escenario este martes, a partir de las 20:30 horas, de un evento especial para conmemorar el Día Internacional de la Danza, que se celebra oficialmente cada 29 de abril. Organizado por la Consejería de Educación, Juventud y Deporte de la Ciudad Autónoma, en colaboración con la Consejería de Cultura, el festival ha reunido a decenas de familias, amigos y amantes de la danza en una noche cargada de talento, dedicación y emoción.
Desde minutos antes del comienzo, el ambiente en el Kursaal era de gran expectación. El público fue ocupando las butacas con entusiasmo, consciente de que presenciaría un espectáculo donde los verdaderos protagonistas serían los alumnos y alumnas de la Escuela Municipal de Música y Danza, bajo la coordinación de sus profesores. Las conversaciones a la entrada del teatro y el movimiento incesante en el escenario reflejaban la ilusión compartida de una cita que prometía mucho más que una simple exhibición: se trataba de un homenaje sentido a una de las formas artísticas más antiguas de la humanidad.
La gala arrancó con una pieza instrumental a cargo de un joven intérprete de flauta travesera, dando paso a una breve presentación coreográfica de los propios docentes. A partir de ese momento, las actuaciones se sucedieron en un dinámico programa que alternó danza clásica y danza española, mostrando la variedad de estilos trabajados durante todo el curso. Cada número fue recibido con aplausos calurosos por un auditorio volcado con los artistas, demostrando una enorme conexión entre escenario y el público.
Más de 160 alumnos, con edades comprendidas entre los seis y los ochenta años, participaron en la representación. Esta amplia horquilla generacional fue uno de los aspectos más destacados de la noche, subrayando el carácter inclusivo y abierto de la formación que ofrece la Escuela Municipal. La presencia de artistas tan jóvenes como experimentados permitió construir una narrativa donde la danza aparecía como un lenguaje común que trasciende edades y diferencias.
La organización del festival, liderada por los profesores Mercedes Hurtado, Nuria Nieto, Yulaila Buzzian, María del Carmen Florido y Gonzalo Carmona, optó por limitar la participación a los alumnos más preparados, asegurando así una fluidez en las transiciones y evitando alargar en exceso la duración del evento. Esta decisión fue acertada, ya que el ritmo de la gala mantuvo en todo momento la atención del público, que respondió con entusiasmo a cada nueva intervención.
La emoción fue una constante tanto entre los intérpretes como entre los asistentes. Para muchos de los alumnos, especialmente los más jóvenes, se trataba de su primera experiencia sobre un gran escenario, lo que añadió un componente de nerviosismo y entusiasmo que se transmitió a la audiencia. Cada movimiento, cada salto, cada giro, fue vivido intensamente tanto por quienes actuaban como por quienes observaban desde sus asientos.
El festival también sirvió para poner de manifiesto el enorme trabajo que implica la preparación de un evento de estas características. Ensayos constantes, preparación técnica, coordinación entre profesores y alumnos, y sobre todo, una enorme pasión por la danza, fueron los ingredientes de una noche que terminó con una ovación cerrada para todos los participantes.
Por otro lado, desde la Consejería de Educación se dejó entrever la intención de seguir apostando por este tipo de iniciativas culturales, así como la posibilidad de ampliar en el futuro las instalaciones de la Escuela Municipal, en respuesta al crecimiento de la demanda y al entusiasmo mostrado tanto por el alumnado como por el público.
La gala del Día Internacional de la Danza en el Kursaal no solo cumplió con las expectativas, sino que logró superarlas, confirmando que la danza sigue siendo una de las expresiones más vivas, emotivas y necesarias dentro del panorama cultural de la ciudad. La comunión entre escenario y público, el talento de los intérpretes y la impecable organización hicieron de la noche del martes una cita inolvidable para todos los que tuvieron la fortuna de asistir.