El Faro ha podido hablar con el restaurador Pedro Manzano, que ha estado en nuestra ciudad hace unos días para examinar la talla de la Virgen de la Cofradía de la Divina Pastola. La imagen presenta algunos desperfectos a causa del paso del tiempo y los hermanos han decidido ponerse en manos de uno de los restauradores de mayor prestigio en Andalucía.
Manzano ha detallado el estado en el que se encuentra la obra escultórica y ha hablado sobre su formación y los trabajos que ha realizado en los últimos tiempos.
Tras examinar la talla de la Divina Pastora, ¿cómo se encuentra la imagen?
Acabo de empezar el examen, entonces hay algunas cosas que llaman poderosamente la atención que todavía no he entrado a examinar con mayor detalle. Hay soluciones funcionales que se han venido utilizando en la imagen que lógicamente, desde el punto de vista de la conservación,no son correctas. Entonces habrá que implementar una solución más acordes para que la conservación de la imagen sea correcta.
Observando que dado la situación en la que está la imagen, muy próxima al mar, lógicamente las condiciones de temperatura extremas y la salinidad hacen que los elementos metálicos que están al exterior, estén sumamente oxidados y corroídos.
Es una imagen muy voluminosa, entre las que se denominan de bulto redondo. Las maderas que hay son un gran volumen, de piezas de madera que están sometidas a movimientos y fluctuaciones de humedad y temperatura que no son las correctas para esta madera y que se tiene que adecuar a las circunstancias medioambientales. Cuando son movimientos muy bruscos, los picos que se producen crean fisuras. Se agrieta, se levanta la policromía y se termina cayendo.
Es una imagen devocional que ha tenido intervenciones, no muy acertadas, a nivel de la policromía. Estoy observando que algunas zonas del manto están sumamente desgastadas de unas limpiezas inadecuadas que se que se le han hecho también. Presenta un aspecto cromático apagado, son muchos años, parece ser que la imagen es de 1920, posiblemente estuviese ya hecha en esa época o quizás unos años antes, pero desde esa época hasta la fecha tampoco ha tenido intervenciones de limpiezas adecuadas. Con esto, lo que vengo a decir es que en línea general del aspecto que nos presenta de oscuridad, de suciedad-de no por la dejadez sino simplemente porque son imágenes que no pueden tener procesos de limpieza como a lo mejor un mueble o otro tipo de elementos- son mucho más delicadas y por tanto las limpiezas han de ser realizadas por personas que sepan lo que están haciendo.
Tengo que seguir examinando la documentando fotográficamente de todas las alteraciones que presenta de cara, hacer un informe diagnóstico y una propuesta de tratamiento.
-¿Cómo es el trabajo de un restaurador en sí?
Normalmente, si bien la imagen no puede venir al taller para que se examine allí, como es este caso, evidentemente yo me tengo que desplazar a examinarla in situ. Lo que suelo hacer es un examen visual, lo que nosotros denominamos un examen organoléptico, donde tomamos nota de todas las alteraciones que se observan y todas esas alteraciones procuramos dejarlas documentadas fotográficamente.
En otras ocasiones, si es factible, yo siempre recomiendo realizar radiografías para intentar determinar el estado de conservación interno de la imagen. Sobre todo los elementos metálicos que puedan tener localizarlos y saber dónde se ubican para ver en qué estado se encuentran. Con un poco de suerte a veces la radiografía digital también nos permite determinar las líneas de ensamble.
Tiene que estar sumamente separadas en los planos de unión de las maderas para que se vean, pero bueno, hay veces que conseguimos ver algo. Por tanto, esa será parte de la propuesta de tratamiento. Lo ideal es hacerlo antes de emitir el informe diagnóstico, pero si no es posible como es este caso, se pospone. Ese sería uno de los estudios.
-Antes de empezar con los tratamientos de restauración que requieren, ¿sabemos cuánto más o menos se puede alargar en el tiempo o esto hasta que no se inicia nunca se sabe?
No hay que acotarlo. Yo siempre acoto el tiempo de intervención entre los periodos de culto que suelen tener las imágenes, si ella tiene pues una salida profesional en tal fecha, pues prácticamente la imagen hay que procurar que esté para esa fecha o para los cultos que tenga. Esos son los periodos.
En este caso, dado el tamaño y volumen de la imagen, el tiempo del plazo de ejecución aquí oscilará- estoy estimando sin tener todos los datos todavía- entre seis meses y ocho meses como máximo. Puede ser que haya que reducirlo un poco porque como ya te digo, hay que acotarlo entre el periodo de culto o de salidas profesionales. Siempre se hace el esfuerzo, de que esté para esa fecha.
-¿Ha podido trabajar en otras cosas o es la primera vez en Melilla?
Sí, es la primera vez que estoy en Melilla. La verdad es que no la conocía y este trabajo una de las ventajas que tiene es que puedes visitar sitios que a lo mejor no tenías pensado ir. No había un motivo en concreto, sin embargo, gracias a la intersección de la Virgen pues aquí estoy en Melilla y la verdad es que me he quedado sorprendido de vuestra ciudad muy bonita. Me encanta el aspecto, sobre todo la parte alta de Melilla la Vieja. Se ve muy bonita, muy interesante y no tenía ocasión de haber estado aquí, si no es por intermediación de la Hermandad de La Pastora. Estoy al servicio de toda aquella hermandad que lo necesite.
-¿Cómo es su trabajo y cómo se inició?
Yo empecé la carrera en el año 79 cuando en aquel entonces era licenciatura, hoy en día es un grado, y estuvimos hasta el año 84. En principio teníamos una serie de asignaturas comunes y luego las especialidades. En los dos últimos años de carrera venía el mundo de la conservación. Yo no lo conocía para nada, si soy sincero uno cuando empieza en la carrera de Bellas Artes va con la mentalidad de artista, pero resulta que me encontré con esta asignatura que era optativa, decidí hacerla y descubrí un mundo. Fíjate el mundo que descubrí, que me atrapó y todavía gracias a Dios afortunadamente aquí sigo.
A lo largo de mi carrera, he tenido la ocasión de trabajar en el Museo de Bellas Artes en Sevilla. Previo del 92, se creó un equipo de trabajo para intervenir los grandes lienzos de que tiene el museo en depósito de Zurbarán, de Murillo, de lo mejor y de ahí. Luego, pasé a tener un taller privado, de ahí pasé a formar parte del equipo de trabajo del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico y ya por último actualmente pues yo regenero.org.
En la web se puede encontrar toda la información y también suelo tener al principio de la página los trabajos que se están realizando en la actualidad. Se va renovando cada vez que entra o sale una pieza. Es muy sencillo, es Pedromanzano.es es y todo el que quiera tener un poquito más de información, ahí la podrá conseguir.
-¿Cómo es tener en su poder, en su responsabilidad, una talla con siglos de historia?
Es una responsabilidad, efectivamente, una gran responsabilidad como bien dices pero no solamente porque sea una talla con siglos de historia, sino también y sobre todo, porque tienen una enorme carga devocional. Hay mucha expectación entre la gente, los hermanos y los devotos de que se va a intervenir una imagen.
Hemos pasado por una época en donde la restauración se entendía de otra manera y se producían cambios sustanciales y bruscos en el aspecto que presentaban y eso lógicamente creaba malestar entre la gente. Nuestra formación nos lleva a conservar lo que tenemos, es la idea principal y ese es el camino a seguir de la actualidad y lo que ya las hermandades van demandando.
La información está más a mano. Antiguamente, esto era un poco el boca a boca. Te recomendaban a tal persona, que normalmente era escultor, para hacer una restauración cuando no existía todavía bien definida la figura del conservador restaurador. A través de
de la formación universitaria, esto ya está quedando atrás y ya se va demandando al conservador restaurador. Lógicamente porque lo que se procura es que la imagen no cambie.
A lo largo de la historia del arte las imágenes se han ido adecuando a los gustos estéticos. Todo eso ha ido produciendo cambios en las esculturas, ya la gente pide que no se siga cambiando a la imagen y por tanto conlleva una enorme responsabilidad evidentemente.
Cuando yo empecé en este mundo se me hacía un mundo, valga la redundancia, ya con el paso de los años y el trabajo que se ha venido desarrollando y afortunadamente la buena aceptación que han ido teniendo las grandes imágenes que han pasado por el taller, te da ya una seguridad y una tranquilidad para abordar un trabajo por mucha carga devocional que tenga la imagen como puede ser Esperanza de Triana o por mucha antigüedad que tenga como por ejemplo la imagen magnífica que tengo en el taller actualmente de de Lucena de Córdoba, el Cristo atado a la columna de Pedro Roldán, con muchísimos problemas evidentemente. Esto se ve de otra forma con los años de la experiencia.