“En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo.
Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su Ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa que estaba embarazada.
Mientras se encontraba en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue”. (Lucas 2, 1-7)
“Navidad es la fiesta más humana de la fe, puesto que nos hace sentir de la manera más profunda la humanidad de Dios. En ningún otro lugar se puede percibir como en el pesebre lo que significa que Dios ha querido ser Enmanuel, Dios con nosotros, un Dios con el que nos tratamos de tu porque nos sale al encuentro como niño.
Así, la Navidad es también una manera especial, una fiesta que invita a la meditación, a la contemplación interior de la palabra.”
Benedicto XVI
Quien por primera vez estableció que Jesús nació el 25 de diciembre fue con certeza Hipólito de Roma en su comentario al libro de Daniel, escrito aproximadamente en el año 204 d.C.
Ese día se celebraba en aquel tiempo la fiesta de la consagración del templo, instituida por Judas Macabeo en el año 164 a.C.
Así, la fecha del nacimiento de Jesús significaría al mismo tiempo que, con él, amaneció como la luz de Dios en la noche, aconteció verdaderamente una consagración del templo: la llegada de Dios a esta tierra.
Como quiera que sea, la fiesta de navidad solo adquirió su forma definitiva en la cristiandad a partir del siglo IV.
Sin embargo, esa especial calidez humana que en la Navidad nos toca tanto que ha llegado a superar ampliamente la Pascua en el corazón de la cristiandad sólo se desarrolló en la Edad media.
Fue Francisco de Asís el que a partir de su profundo amor al hombre Jesús, al Dios con nosotros, contribuyó a desarrollar esta nueva visión. De este espíritu previno después la famosa celebración de Navidad en Greccio.
A esa festividad nocturna del Pesebre (el primer Belén) ha contribuido notablemente a que se desarrollara la costumbre navideña más hermosa: la de montar “pesebres”, “belenes” o “nacimientos”.
Cuida tu Fe
Algunas personas te podrán decir que estas costumbres y tradiciones las ha inventado la gente para divertirse y los comercios para vender.
Recuerda que hay mucho significado detrás de cada una y se trata de vivir estas tradiciones con el SENTIDO PROFUNDO que tienen.
Así, el 24 y 25 de diciembre no solo será un festejo más, sino que habrás preparado tu corazón con un verdadero amor a Dios y a tu próximo.
La Nochebuena
Es la fiesta que se celebra el 24 de diciembre a media noche, de ahí el hombre de esta festividad en español.
Celebraremos una cena muy especial, en familia. Es el momento de poner al Niño en su pesebre, encender las luces del árbol.
Esta noche, en mi casa, preside mi Niño Jesús, un regalo de mi Madre, al que tengo un cariño muy especial. Al lado encendemos la 5ª vela de la Corona de Adviento (blanca y de mayor tamaño), de las cuatro que la han formado.
Es el momento de bendecir la mesa:
BENDICE, SEÑOR, estos alimentos que vamos a tomar en la cena de esta Nochebuena. Bendícenos a todos nosotros y ayúdanos a ser cada día un poco mejores. Mantén en tu amor y en tu paz a esta familia. Acoge junto a Ti a los que nos han dejado para ir a tu casa en el Cielo. Bendice, Señor, a todas las familias, a todos los hogares y a todos los hombres del mundo entero. Ayuda más a los que lo necesiten más: a los que no tienen casa, los que no encuentran trabajo, los que pasan hambre, los que carecen de paz y armonía en el hogar, los ancianos, los presos y a todos los más débiles de nuestro mundo. Haz, Señor, que todos los seres humanos formemos una gran familia en la que todos nos amemos y nos ayudemos como buenos hermanos. Te lo pedimos por mediación de Jesucristo, tu Hijo, cuyo nacimiento en Belén hoy recordamos, y que ahora vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.”
A medianoche, en las iglesias, se celebra la tradicional Misa del Gallo, a la que muchas familias acuden después de cenar. Es el momento de cantar villancicos en familia. Esta costumbre se extiende por todo el mundo, en el siglo XIII, junto con los nacimientos de San Francisco de Asís.
El día de Navidad
Es el 25 de diciembre. Entre los cristianos, es bastante habitual asistir a misa o algún servicio religioso a lo largo del día. También se puede seguir por televisión la misa de Navidad, oficiada por el Papa en la basílica de San Pedro, que concluye con la tradicional bendición Urbi et Orbi (“a la ciudad y al mundo”), según una expresión heredada de la Roma Antigua.
Hoy también preside la mesa, nuestro Niño, recién nacido, iluminado por la vela blanca. Es el momento de bendecirla y disfrutar de nuestros platos tradicionales:
“Señor, e damos gracias por la fiesta de Navidad, tiempo de celebración, alegría y amor. Te damos gracias porque un año más familia y amigos nos reunimos en torno a la mesa.
Te pedimos Señor, que nos bendigas, y que bendigas los alimentos que vamos a compartir. Hoy que celebramos que vienes a nuestra vida, te damos gracias por todo lo que tú nos regalas con tanto amor.
Que tengamos presente el significado de la Navidad, el nacimiento de Jesús, Hijo de Dios, que trae esperanza y salvación y nos acordamos de aquellos que carecen de paz, esperanza o amor.
Ayúdanos a ser generosos y compartir los dones que nos regalas. Amén”
En mi familia es tradición, muy antigua comer “Las Pelotas de Navidad”, una costumbre murciana. Ha llegado de mis Abuelos Maternos. Recuerdo a mi abuela Isabel, alimentar durante días al pavo, en su enorme cocina para luego preparar un buen cocido con las “Pelotas de Navidad”.
Mis hijos y nietos dicen, que la Navidad llega a nuestra casa, con el olor al caldo de las Pelotas.
Mantengamos siempre nuestras costumbres y tradiciones. Es una manera de transmitir lo que vivieron nuestros antepasados.
“FELIZ NAVIDAD”
“Que el Niño Dios, os bendiga y guarde”
Maribel Pintos Mota