El barrio de Cabrerizas está situado a espaldas de la Mezquita Central y puede accederse a él por la carretera de Cabrerizas, por la Cuesta de la Viña, o a través de pequeñas calles como la de Camilo Barracaferez o la de Muñoz Torreros.
La mayoría de los vecinos y comerciantes entrevistados por El Faro comentan a este diario que el barrio es una zona tranquila para vivir, donde sus residentes están unidos y son humildes y trabajadores.
En las calles y en las proximidades de bares y ultramarinos se agrupan los más veteranos, algunos procedentes del barrio y otros que paran en la zona para ver a sus amigos de siempre, con los que comparten una cerveza o un refresco mientras bromean y pasan el tiempo.
Pero desde hace unos años, algunos residentes consideran que la zona se ha degradado por la dejadez de las instituciones y porque muchos se han mudado y vendido sus casas. También demandan más seguridad en Cabrerizas, porque según Paco un melillense entrevistado, que se reúne con amigos en un bar de la calle México, los agentes de la Policía “pasan por aquí y ni miran”.
Él añade que Cabrerizas es un barrio igual que cualquier otro, con la diferencia de que falta trabajo y muchos jóvenes están parados.
Junto a Paco, dos hombres que afirman tener 64 y 65 años aseguran que hace unos años estaba mejor la zona y había más bares.
“Antes era mucho mejor. No había tanta gentuza ni suciedad. Antes paraban solo los del barrio, mientras que ahora hay gente de todos lados”, recalcan.
Uno de ellos, Halifa, vive en Las Minas de Rif, pero suele parar por la calle México porque se crió en Cabrerizas. “Aquí nos juntamos cuatro o cinco amigos, los de siempre”, pero lamenta que la gente no tiene a donde ir.
Si uno pasea por los alrededores del barrio encontrará muchas casas en obras. Aparentemente parece que hay nuevas edificaciones, pero hay quienes señalan que Cabrerizas “está hecho polvo”, como Pepe, otro vecino, que también se reúne por las inmediaciones de la calle México.
La suciedad es uno de los puntos negativos en los que coinciden algunos de los entrevistados. “Yo vivo cerca de la Mezquita y el camión de la basura solo limpia la carretera, quitan unos papelillos y poco más. Ahí hay una plazoleta donde algunos orinan, pero el camión no limpia por allí”, añade Bussian, quien comenta que no es cierto lo malo que dicen sobre el barrio.
“Esto es un barrio normal. Algunos se sientan a tomarse unas cervezas y luego van a casa. A veces hay problemas, como en todos los barrios, pero no veo justo que se le dé mala fama a esta zona porque aquí se vive tranquilo”, según Bussian.
Actualmente Cabrerizas es un barrio de mayoría musulmana que, según relatan los vecinos, repoblaron la zona cuando muchos cristianos emigraron hacia el centro de Melilla o hacia la península.
Soraya tiene una peluquería en la calle Chile que está abierta desde hace cuatro años y, aunque afirma no ser del barrio, explica que la clientela es muy amable y que el negocio sigue adelante.
Jesús también trabaja en una tienda de la misma calle y destaca que el barrio ha dado un cambio radical. “Yo llevo siete años aquí y hay negocios que se han ido y otros que permanecemos, pero lo mejor del barrio son los colegas. Aquí la gente se lleva bien con todo el mundo. Es cierto que este es el pasillo de la Cañada de Hidum, pero cada uno va a lo suyo. Es un barrio tranquilo, tienes todo cerca y todavía queda buena gente”.
Los negocios del barrio resisten, pero sus propietarios admiten que no hay mucho movimiento. Mohamed trabaja en una panadería y aunque asegura no tener mucha relación con los vecinos porque no reside en Cabrerizas, dice que no ve nada negativo en el barrio y que su tienda, aunque no le va demasiado bien, sigue adelante desde hace cinco años.
José, otro veterano que vive en el barrio desde 1959, año en el que hizo el servicio militar, pasea durante una hora todos los días con su cuidadora Miriam, y ambos afirman que hay buenos vecinos en los alrededores y que es un barrio tranquilo para vivir.
Imen trabaja en la farmacia del barrio y vive en Cabrerizas Baja. “Vivo aquí abajo y hay muchas cosas buenas. Tenemos un hospital, el Centro de Salud, y los vecinos son muy educados y nadie se mete con nadie”. Ella explica que la situación de la zona superior del barrio es algo más compleja, comparada con los alrededores de la calle Chile, una de las más concurridas de Cabrerizas.
Sin embargo, hay quienes no están de acuerdo con esta división, como Abid, que defiende que se puede vivir en Cabrerizas perfectamente. “Lo mejor del barrio son los vecinos. La verdad que se vive tranquilo y no hay diferencia entre las zonas. Yo me llevo muy bien con todo el mundo y quien te diga que hay roces no ha madurado aún, porque siéndote sincero, aquí nos llevamos todos bien. Los vecinos que pueden ayudarte te ayudan y yo me quedo con eso. Antiguamente era un barrio que tenía lo suyo, pero ya no es como antes”.
Alí también nació en Cabrerizas y lleva toda la vida en la zona. Afirma que el barrio está olvidado y que lo principal es que no hay trabajo. “Antes era el mejor barrio de toda Melilla, ahora el peor, sobre todo en cuestiones de trabajo. Antes era la zona con más panaderías y peluquerías. Aquí han venido los políticos y han dicho que iban a arreglarlo y lo único que han hecho es pintar la carretera y cambiar las direcciones".
En la intersección entre las calles México y Perú, un militar que prefiere no dar su nombre comenta que “las asociaciones de vecinos tenían antes más de 500 socios y ahora están incluso cerradas. “Se ha ido la gente del barrio hacia el centro y los que quedamos permanecemos porque no tenemos a donde ir. Esto está abandonado”, concluye.
La opinión de los más jóvenes coincide con la falta de oportunidades. Un grupo de ellos demanda mobiliario urbano. “No hay ni un banco para sentarse”, dicen mientras uno de ellos señala una plaza vacía. Explican que no hay trabajo y que hay mucha suciedad en las calles. Pero sobre los vecinos, añaden que en Cabrerizas solo hay “gente buena, trabajadora y humilde”.
Este sábado a las 11:30h en la Plaza América Barrio Colón, los vecinos de Cabrerizas se manifestarán para reivindicar al Gobierno que no lleve a cabo un proyecto sin la consulta de los residentes de dicha zona, según relatan.