La mayoría de las asociaciones profesionales con presencia en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas se han levantado del pleno de hoy y lo han abandonado minutos después de iniciarse la sesión.
Ha sido la reacción a las tres negativas ministeriales: no informar en el pleno sobre el plan de mejora de retribuciones, la falta de incrementos salariales reales para el 2022 y que la ministra no quiere recibir a las asociaciones.
Ayer, en la Comisión de Trabajo sobre Retribuciones se informó vagamente de la modificación del Complemento de Dedicación Especial, pero sin cambiar la orden que lo regula. Este complemento, que no se consolidad y no siempre se cobra, es el más injusto y arbitrario porque se reparte a criterio personal subjetivo del jefe de unidad, y beneficia precisamente a los empleos superiores. No es un aumento retributivo sino un aumento de la arbitrariedad.
El personal militar, presente en todo tipo de crisis, a las que se suma esta semana el hacer frente a las crecidas de los ríos, comprueba que mientras en otros ministerios (Justicia, Interior…) el personal va a recibir incrementos salariales reales, para el personal militar solo hay palabras vagas de la Ministra y de la Subsecretaria de Defensa en el Congreso, para estupor de todos, la propia ministra declaraba hace pocos días que ya se hizo “un gran esfuerzo” aumentándoles la nómina este año y que ningún militar le ha solicitado aumento retributivo. Estas declaraciones solo demuestran desprecio hacia el personal a su cargo -que califica de limosna el aumento- y a sus representantes, las asociaciones profesionales, que desde que Margarita Robles accedió al ministerio no dejan de solicitar –incluso con manifestaciones en las calles- unas retribuciones dignas que les equiparen con los cuerpos de seguridad.
Ante las negativas del ministerio, las tres asociaciones profesionales (ASFASPRO, ATME y UMT) se han visto obligadas a no participar en una escenificación vacua y denuncian que el colectivo militar es tratado únicamente como mano de obra barata a quien se pretende ningunear impunemente.