El calor llegó hace unos días para quedarse una temporada y lo mejor para combatirlo son los helados. El Faro de Melilla visita una heladería del centro de la ciudad para conocer cómo arranca esta nueva época de helados, que además coincide con las fases de la desescalada del estado de alarma por la crisis sanitaria.
"Hay muchas ganas, hemos tenido también mucho trabajo y la gente ha respondido muy bien", cuenta Yéssica de la Heladería California. Este establecimiento heladero se encuentra en un enclave entre parte peatonal de la calle O'Donnel y próximo a la calle General Marina, donde ya cuando va cayendo el sol se ve a muchas personas arremolinándose en las mesas de esos locales o haciendo cola.
Al igual que muchos establecimientos, esta heladería ha hecho un esfuerzo por adaptarse a las medidas de seguridad de higiene que se han ido imponiendo con las desescalada. Ahora ya pueden entrar dos clientes al establecimiento a pedir a la vez, pero han de guardar cola con distanciamiento de seguridad y para entrar es obligatorio el uso de mascarilla. Además, también han colocado geles hidroalcohólicos en el mostrador para que la clientela los use antes de coger su helado o granizado.
La variedad de sabores una vez más es enorme, aunque la novedad en esta temporada es el Cocoboom. Al parecer tiene un gusto a galleta de coco y cuenta Yéssica que está teniendo muy buena acogida. Aunque la gente sigue solicitando los sabores del Carapino, Kinder Blanco o el Raffaelo. También según qué edades se vende mucho el tutti frutti o el turrón para los más adultos; o los más atrevidos de nubes, chicle o menta para los más jóvenes y pequeñitos.
Cada año pueden aparecer también sabores nuevos y sabores raros que sorprenden a todos, pero también están los sabores clásicos, los cuales siguen manteniendo a su público y no suelen defraudar nunca a nadie.
En definitiva, la temporada queda abierta y son muchos los que tenían ganas de refrescarse un poquito con el calor y de dar un poco de sabor a este verano con un buen helado.