El Consejo de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla ha aprobado este viernes la licencia de obra mayor correspondiente al cuarto proyecto modificado del nuevo hospital universitario. Así lo ha anunciado el vicepresidente primero del Ejecutivo local, Miguel Marín, quien ha señalado que con este paso la Ciudad cumple su parte en un proceso que ha estado “bloqueado durante más de un año y medio” debido, según ha denunciado, a la “inacción” de la Delegación del Gobierno y del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa).
La licencia autorizada incluye dos fases del proyecto constructivo. La fase A comprende la urbanización exterior, planta sótano, planta baja y las plantas primera y segunda. Por su parte, la fase B recoge las plantas tercera, cuarta, quinta y sexta del complejo hospitalario.
“Ayer firmé en menos de un minuto la propuesta de licencia y hoy el Consejo de Gobierno la ha aprobado. Ahora es Ingesa quien debe actuar con la máxima celeridad para ejecutar lo que queda pendiente y que el hospital se ponga en funcionamiento cuanto antes”, ha manifestado Marín.
Más de un año y medio de retraso
El vicepresidente primero ha sido especialmente crítico con la gestión del Gobierno central, al que acusa de “mentir a la ciudadanía” desde septiembre de 2023, fecha en la que la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, anunció públicamente que las obras del hospital estaban finalizadas y solo quedaba tramitar la licencia de primera ocupación.
“Eso que dijo era totalmente falso. Lo que había entonces era un proyecto que no cumplía el Código Técnico de la Edificación. No habían entregado la documentación correcta, y eso ha provocado que estemos más de un año y medio esperando a que cumplan la normativa”, ha subrayado.
Según Marín, no fue hasta la semana pasada cuando se presentó el cuarto proyecto modificado ajustado finalmente a los requisitos técnicos y legales exigidos por el marco normativo nacional, incluyendo aspectos clave como la normativa de accesibilidad.
“No se trata de ninguna normativa de la Ciudad Autónoma, sino de una ley nacional que deben cumplir todos los edificios públicos, especialmente un hospital. Es inaceptable que se haya intentado responsabilizar al Gobierno local de una parálisis que solo se explica por la falta de trabajo y diligencia de la delegada”, ha dicho.
El proceso pendiente: abrir por fases
El Ejecutivo local defiende desde hace meses la posibilidad de abrir el hospital por fases, como medida intermedia para garantizar que los servicios puedan ponerse en marcha cuanto antes, aunque no se haya finalizado el conjunto completo del edificio.
Marín ha insistido en esta opción, indicando que ya se propuso a Ingesa que al menos se ejecute la fase A, que comprende la urbanización, los accesos, los aparcamientos (situados en la planta sótano), y las dos primeras plantas donde se podrían ubicar servicios asistenciales esenciales.
“Esa fase podría estar operativa si Ingesa termina las obras pendientes conforme a los planos entregados. Cuando eso ocurra, los arquitectos municipales acudirán a girar visita a la obra, verificarán que lo construido coincide con lo aprobado, y se emitirá de inmediato la licencia de primera ocupación”, ha explicado.
Críticas a la Delegación del Gobierno
Durante su intervención, Miguel Marín ha cargado duramente contra la delegada del Gobierno, a quien ha acusado de dedicarse “solo a hacerse fotos y vídeos” en lugar de “ocuparse y preocuparse” por la correcta finalización de las obras.
El dirigente popular ha recordado que, desde septiembre de 2023 hasta marzo de 2025, la Delegación del Gobierno e Ingesa no habían presentado ningún proyecto que cumpliera todos los requisitos legales. Solo ahora, tras numerosos retrasos, han entregado un expediente en regla.
“La delegada mintió cuando dijo que el hospital estaba terminado. Ha estado más de un año y medio sin hacer nada. Ha dejado pasar el tiempo sin interesarse por si los planos estaban entregados correctamente, si cumplían la normativa… nada. Y ahora pretende culpar al Gobierno local de los retrasos”, ha denunciado Marín.
El vicepresidente primero ha reprochado que Moh haya intentado trasladar a la opinión pública que era el Gobierno local quien estaba retrasando el proceso administrativo. “Ha llegado a insinuar que los funcionarios de esta Ciudad actuaban con intencionalidad política para demorar el expediente. Es una falta de respeto total al trabajo riguroso y técnico de nuestros profesionales”, ha afirmado.
Acusó a Sabrina Moh de difundir “cuentos chinos” para justificar los retrasos en la apertura del nuevo hospital. Marín ha responsabilizado directamente a la Delegación del Gobierno y a Ingesa por no haber remitido, durante más de un año y medio, la documentación técnica en regla para la tramitación del proyecto.
Según Marín, durante todo este tiempo los documentos presentados ante la administración de la Ciudad Autónoma “no cumplían con el Código Técnico de la Edificación”, requisito indispensable en cualquier punto del país para que un proyecto hospitalario pueda obtener la correspondiente licencia de obra mayor. “Es así de sencillo”, sentenció.
El consejero ha sido especialmente crítico con la actitud de la delegada del Gobierno, a quien acusa de utilizar la situación para cargar contra el Gobierno local y, por extensión, contra sus funcionarios. “Está paralizando todo esto”, denunció Marín, al considerar que desde la Delegación se está trasladando a la opinión pública que el retraso en la apertura del centro sanitario responde a una supuesta falta de colaboración desde la Ciudad Autónoma.
“Está culpando a los empleados públicos de la ciudad de estar retrasando conscientemente un expediente administrativo, cuando ha sido todo lo contrario: ha sido todo facilidad, colaboración y cooperación”, afirmó el titular de Infraestructuras.
Marín subrayó que el problema radica en que la documentación técnica remitida hasta la semana pasada no se ajustaba a los requisitos que exige la normativa vigente. “Si la delegada del Gobierno se hubiese preocupado de que la documentación enviada cumpliera con el Código Técnico de la Edificación, el hospital habría estado abierto hace mucho tiempo”, afirmó. En este sentido, insistió en que “en Melilla no se está pidiendo más de lo que se exige en cualquier hospital del resto de España”.
Código Técnico de la Edificación
Uno de los puntos centrales del conflicto ha sido el cumplimiento del Código Técnico de la Edificación, una normativa estatal que regula todos los aspectos esenciales de seguridad, habitabilidad, eficiencia energética y accesibilidad que debe cumplir cualquier edificio de uso público.
Marín ha sido contundente al señalar que el proyecto inicial omitía requisitos esenciales como la accesibilidad universal, lo que resultaba “inadmisible” tratándose de un hospital.
“Aquí no se pedía nada extraordinario. Lo que se exige en Melilla es exactamente lo mismo que se exige en cualquier ciudad de España. Si la delegada no está de acuerdo con la normativa, que hable con el Gobierno central y que la cambien. Pero mientras tanto, hay que cumplirla”, ha insistido.
A día de hoy, el Gobierno local se mantiene a la espera de que Ingesa comunique la finalización de las obras correspondientes a la fase A. Una vez recibida esa comunicación, se procederá a la inspección técnica de la obra para verificar su conformidad con los planos.
Preguntado por una posible fecha de apertura, Marín ha evitado dar plazos, señalando que depende exclusivamente de la Delegación del Gobierno. “La responsabilidad ahora es suya. Cuanto antes acaben lo que queda y cumplan con lo comprometido, antes podrá abrir el hospital”, ha zanjado.
La obra del hospital universitario de Melilla ha sido una de las grandes infraestructuras sanitarias pendientes en la ciudad desde hace años. Con esta nueva licencia aprobada, el proyecto da un paso clave, aunque aún restan trámites y ejecuciones para que el complejo pueda recibir pacientes.