El equipo melillense se puso con 2-0 y vio como su rival le empató 2-2 debido a la relajación de los defensas. El Gimnástico Melilla sumó los tres puntos en juego en la jornada de ayer, gracias a un gol de Braim desde el punto de penalti en el minuto 90, que supuso el 3-2.
El encuentro comenzó con un centro-chut de Diego que se marchó al larguero cuando sólo se habían disputado dos minutos de juego. Esa fue la única acción con peligro durante la primera media hora de partido, mientras tanto los dos equipos intentaban llegar a la portería rival mediante transiciones de balón, pero las ocasiones brillaron por su ausencia.
En el minuto 30, Javi no se lo pensó y soltó un gran zapatazo desde fuera del área, tras un rechace y consiguió abrir el marcador a favor de los gimnastas (1-0). Pasaron los minutos y la dinámica seguía siendo la misma, por lo que al descanso se llegó con el 1-0 en el marcador, después de 45 minutos marcados por el fuerte viento.
Tras la reanudación, en el minuto 58, Braim sacó rápido un córner mientras el equipo contrario estaba colocándose para defenderlo y Diego desde el lateral del área disparó a portería y, tras coger el balón una gran parábola, se coló en el fondo de las mallas, por lo que consiguió el 2-0.
Los hombres de Chupa y Miguel Segura jugaban con el marcador a favor, pero poco a poco se fueron relajando, sobre todos en la zona de zagueros, ya que al contragolpe creó bastante peligro.
En el minuto 74’, Sane se encontró un rechace en el borde del área y probó fortuna, consiguiendo reducir distancias en el marcador (2-1). Nueve minutos más tarde, Moreno se aprovechó de una serie de malos despejes dentro del área melillense y batió a Carlos para conseguir el empate (2-2).
Cuando todo parecía que las dos escuadras se iban a repartir los puntos en juego, en el último minuto del tiempo reglamentario, el colegiado señaló penalti a favor de los melillenses, tras una jugada dentro del área con mucha polémica, ya que el portero en una mala salida arrolló a un jugador amarillo y los almerienses protestaron mucho la acción, viendo Balo su segunda tarjeta amarilla, por lo que fue expulsado. Braim asumió la responsabilidad y consiguió el tanto de la victoria desde el punto de pena máxima (3-2) para dejar los tres puntos en la ciudad autónoma y seguir en puestos de ascenso a la División de Honor.