Francisco Fernández, perteneciente a la Coordinadora Sindical Estatal (CSE) que está negociando con AENA el Plan de Eficiencia y Viabilidad, explica en esta entrevista la importancia de conservar el aeropuerto local. El pasado día 22 los trabajadores del aeropuerto de Melilla pudieron conocer al detalle el estado y desarrollo de las negociaciones entre la Coordinadora Sindical Estatal (CSE) y AENA de la mano de uno de los integrantes del CSE, representando a Comisiones Obreras (CCOO), Francisco Fernández. Momentos después de la reunión mantuvo una entrevista con El Faro en la que explica la importancia del aeropuerto local para los melillenses y la necesidad de su protección como punto estratégico.
En este objetivo, destaca Fernández, es esencial la acción del Gobierno de la Ciudad Autónoma a la que insta a materializar sus “buenas palabras” de apoyo a las 23 familias que podrían verse afectadas por el Plan de Eficiencia que tanto AENA como el Ministerio de Fomento pretenden aplicar.
El impacto de este planteamiento no solamente supondría un “drama humano” para estas familias melillenses sino que supondría una pérdida de calidad en la prestación de los servicios del aeropuerto a los usuarios que Melilla “no puede permitirse”. Y eso, aunque AENA diga querer asumir esta pérdida de calidad, pues también se vería afectada posiblemente la seguridad.
Precisamente en este punto han incidido los sindicatos representados en el Comité de Empresa de AENA en Melilla y que secunda Fernández.
–En un principio las reuniones entre la CSE y AENA se han pospuesto para septiembre, ¿se puede permitir la negociación esta espera?
–La pasada semana hubo un intento de negociación, pero la postura de la empresa no se mueve. Es más, aprovechan las circunstancias para dar un paso atrás en el Acuerdo de Garantías Laborales que se firmó hace menos de un año y lo que nos ha presentado la empresa no nos da las garantía suficientes que queremos para los trabajadores. En esa misma reunión la empresa nos emplazó para septiembre.
–Esta última reunión tenía como objetivo negociar un Plan de Viabilidad, pero, ¿se ha apartado el Plan de Eficiencia?
–En principio lo que la empresa pretende es fijar los horarios operativos de los aeropuertos, que se aplicarán a partir del 23 de agosto. Luego hay que adecuar esto con los horarios laborales. En el seno de las conversaciones que estamos teniendo es que esos horarios laborales se apliquen a partir del 1 de octubre. Hasta entonces tenemos que ver cómo encajamos todas las piezas del puzzle. El Plan de Viabilidad, que propone la salida voluntaria de los trabajadores de más de 55 años, a través de una jubilación anticipada tiene que ser lo suficientemente atractivo porque sin él no se van a generar los puestos de trabajo que nos hacen falta para absorver los excedentes de personal de otros aeropuertos. Esto es básico, es una premisa fundamental.
–Si se consigue un plan de salida voluntaria atractivo, ¿la plantilla del aeropuerto de Melilla podría salvarse o aún así se vería reducida?
–Atendiendo a los posibles traslados, no hay que olvidar que el aeropuerto de Melilla no es ni parecido a uno peninsular que tenga un acceso directo a otro aeropuerto. Aquí un traslado es muy traumático, por lo que si podemos establecer un plan de salida atractivo, los trabajadores podrían contemplar la posibilidad de esa salida voluntaria y evitar el traslado.
–En todo caso, la plantilla melillense se reduciría y los sindicatos en la ciudad están en contra de toda reducción, cuales sean los motivos. Alegan que la plantilla está ya bajo mínimos y algunos servicios se podrían ver afectados.
–Evidentemente. Una de las primeras frases que nos costó trabajo asimilar en esta negociación salió de boca del director de la red de aeropuertos, Fernando Echegaray. Afirmó que AENA asume la bajada en la calidad. La empresa es consciente de que se va a rebajar la calidad en la prestación de servicios. Está en la dinámica de asumir esta bajada y entendemos que la ciudadanía de Melilla y el Gobierno de la Ciudad debe apostar por reforzar el servicio porque es un sector tan estratégico, que es vía de entrada a la ciudad.
–Si AENA asume esa pérdida de calidad en el servicio, en Melilla sostienen los representantes sindicales que no solamente se perdería la calidad sino que se comprometería los niveles de operatividad y seguridad en el aeropuerto local.
–En materia de seguridad hay unos mínimos hay que cumplir. No se puede reducir a la ligera en el servicio contra incendios, por ejemplos. AENA plantea reducir casi todos puestos de mañana, esdecir, los administrativos y los que trabajan dentro de la terminal, que también son parte activa en ofrecer la calidad en los servicios del aeropuerto.
–¿Qué oportunidades tiene Melilla en la negociación?
–Estamos en una negociación global para toda la red de aeropuertos de AENA. Los de nivel 3, que estamos tratando, es la primera fase. Por eso el plan de salida voluntaria tiene que ser global para todos los trabajadores de la red. A pesar de que el Ministerio de Fomento y AENA presentaron el Plan de Eficiencia de manera individualizada, aeropuerto por aeropuerto, nosotros entendimos que la negociación debía ser global. De lo contrario se podría perder el norte de la red de aeropuertos.
–Ha comentado en la reunión con los trabajadores la circunstancia que se ha dado de que otros aeropuertos de similares características al de Melilla se han quedado fuera del Plan de Eficiencia directamente. Es el caso de los aeropuertos de El Hierro y la Gomera, ¿por qué ha ocurrido esto?
–Efectivamente. La impresión que nos da y que hemos podido contrastar a través compañeros de Canarias es que allí el Gobierno presionó de manera previa al Ministerio antes de la presentación del Plan de Eficiencia. Se sacaron del plan dos aeropuertos del mismo perfil que el de Melilla. Concretamente el aeropuerto de El Hierro no solamente es similar por tener menos de 500.000 viajeros anuales y ser deficitarios sino que la plantilla y su distribución también es muy semejante.
–Entonces es evidente que hace falta la voluntad y decisión política para salvar el aeropuerto de Melilla.
–Claramente. Creo que el Gobierno de la Ciudad Autónoma se tiene que implicar y apostar por el mantenimiento de una infraestructura vital para Melilla y los melillenses.
–En principio el Gobierno de Melilla ha mostrado ese apoyo, pero ¿puede que AENA haga caso omiso de este respaldo y de las reivindicaciones que pueda hacer el Ejecutivo local porque imperen otras razones?
–Ciertamente, por ahora, tenemos las buenas palabras del Gobierno de la Ciudad Autónoma, pero éstas tienen que materializarse. AENA depende del Ministerio de Fomento y las directrices que han venido marcando estos meses son totalmente opuestas a las palabras de la Ciudad.
–¿Cuál sería el mejor panorama que podría quedar después de la negociación?
–El mejor sería conseguir un plan de salidas voluntario lo suficientemente atractivo que permitiese una redistribución de las plantillas. Pero nosotros vamos más allá y queremos una gestión eficiente real en la que pudiéramos asumir tareas que ahora están externalizadas. Queremos una promoción real de los aeropuertos, mientras que AENA solamente quiere recortar. Tenemos unas infraestructuras bien dotadas, pero no se potencian.
–¿Cuál sería el peor panorama?
–El peor panorama es una huelga. Por el momento, entendemos que hay posibilidad de negociar, aunque encima de la mesa se plantee una deslocalización de 23 familias de Melilla. Si no se llega a un acuerdo, la única forma de defender esto es una huelga. Había una convocatoria prevista para este mes, pero se ha aplazado porque entendemos que la vía del diálogo no se ha extinguido. Vamos a apostar por la negociación. La huelga es el último escalón.