Los costaleros de la Hermandad y los de la Asociación de Vecinos Corea la llevaron a hombros hasta la orilla y se empaparon para que la Reina de los Mares pudiera bendecir a los melillenses desde el agua.
El fuerte oleaje y el viento incesante de levante impidieron ayer que la Virgen del Carmen bendijera desde una barca toda la costa de la ciudad, como se ha hecho desde hace años. Por la mañana, los costaleros aún tenían la esperanza de que amainara el temporal y así, la imagen de la Virgen entrara en el mar para que viera lo hermosa que está Melilla. Pero no pudo ser, ya que el temporal continuó muy fuente. No obstante, los costaleros de la Virgen del Carmen agarraron fuerte el trono y se metieron en el agua brava para que ella, pudiera saludar a todos los melillenses desde la orilla.
A hombros de los portadores de la hermandad de la Virgen del Carmen, esta imagen salió sobre las 17:45 horas de la Asociación de Vecinos Hipódromo. Tan bella, a pesar del paso de los años, y rodeada de gladiolos y claveles blancos, fue con paso firme hasta la iglesia de San Agustín. Por las calles, los vecinos se asomaron a las puertas y a los balcones al escuchar a la banda de cornetas y tambores de la Virgen del Carmen entonar sin descanso varias piezas musicales. También escoltaron a Señora nueve marineros de la Compañía de Mar.
Una de las imágenes más bellas de la procesión de la Reina de los Mares por Melilla es ver cómo los hombres templan sus nervios y poco a poco, apoyando el peso de la imagen en las manos, en el antebrazo o en los hombros, entran la imagen en la iglesia, donde un año más no cabía un alfiler.
Fueron muchos los melillenses que asistieron a esta homilía en la que pidieron a la Virgen su protección. El sacerdote que ofició esta eucaristía comentó que la Virgen del Carmen es un gran ejemplo para los cristianos y que en estos tiempos, por muy difícil que sea para los melillenses, deben escuchar en sus corazones la voz de Dios. Así, se indicó que cada persona tiene una misión en su vida y un papel que cumplir y para conocerlo es necesario que se escuche la llamada de Dios.
Entre los aplausos de los vecinos y de los devotos de esta imagen, la Virgen del Carmen salió a hombros del templo y comenzó su tradicional recorrido por las calles de La Legión y Menéndez Núñez, no sin antes escuchar una bella poesía que una melillense había preparado para ella. El número de ciudadanos que seguían a la Reina de los Mares fue aumentando.
Al llegar a la plaza del Callao la procesión hizo una parada. Una tradición que cada año embarga de emoción a los devotos de la Virgen con la entrega de un ramo de flores a Carmen León, la viuda de un melillense valiente que pereció en el mar después de haberle salvado la vida a dos personas. Este gesto realmente hermoso fue acogido entre aplausos por todos los familiares, amigos y fieles que estaban acompañando a esta imagen. La encargada de entregar este ramo fue la viceconsejera del Mayor, Carmina San Martín.
Sin el paseo en barca
En la calle Cervera volvieron a pararse unos minutos para que la Estrella de los Mares saludara a otra imagen que se encuentra siempre expuesta en la Hermandad de la Virgen del Carmen. Allí le entregaron un ramo de rosas y varios fieles se acercaron con sus niños pequeños para que la Señora les bendijera.
Los hombres volvieron a recuperar fuerzas con un pequeño descanso pues ahora venía la parte más complicada y más esperada por todos los melillenses, el llevar a hombros a la Virgen hasta el mar. Todos los años, los portadores la acercan hasta una barca, desde la que ella bendice a toda Melilla dando una vuelta por la costa de la ciudad. Sin embargo, ayer no se pudo realizar así porque el fuerte temporal de levante no cesó.
No obstante, los costaleros agarraron con fuerza el trono y, tras quitarse los zapatos, se metieron todos en el agua. Mientras que las fuertes olas golpeaban a estos valientes y la marea les arrastraba hacia el fondo, la imagen de la Virgen se balanceaba ante al aplauso de los cientos de melillenses que llevaban mucho tiempo esperando ver a la Reina de los Mares.
Miles de seguidores
Los hombres de la Hermandad de la Virgen del Carmen, empapados, caminaron sobre la arena de la playa hasta llegar a la zona donde pasan el testigo cada año a los vecinos de Corea. También ellos quisieron entrar en el agua con la Reina de los Mares e incluso llegaron a ponerse de rodillas para portarla durante unos minutos.
Mientras la Virgen estaba en la orilla de la playa, la banda de cornetas y tambores continuaba tocando animando a los cientos de fieles y curiosos que se habían situado por todo el paseo marítimo.
Fue más adelante cuando las mujeres de Corea portaron a la Virgen sustituyendo a los hombres, que caminaban descalzos y llenos de arena. Muchas de ellas acompañadas por sus hijos, que no deseaban soltarles la mano, y otras emocionadas por volver a estar tan cerca de esta imagen un año más. También en esta calle fueron presentados a la Reina de los Mares varios bebés, entre ellos, la nieta del presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda.
La procesión con la Virgen del Carmen continuó por el barrio del Industrial donde se siguieron escuchando los gritos de “¡Viva la madre de los pescadores!”.
La Señora este año no ha podido dar una vuelta por la costa de la ciudad, pero fue tal el arropo de los melillenses a esta procesión y tanta la devoción que sentían los files que la acompañaron durante todo su recorrido que no creemos que ella haya echado en falta que la subieran en la barca. Quizás el año que viene, el 16 de julio sea un día sin temporal y la Reina de los Mares pueda bendecir con su cariño y protección a todos los ciudadanos que la esperen en la orilla de la playa, mientras que ella los ve desde el mar.