El responsable del programa de vacunas de la Junta de Andalucía, Fermín García, indicó que ésta sería una buena fórmula para evitar el contagio a los pequeños.
La V Jornada de Vacunas ‘Ciudad de Melilla’ continuó ayer con las conferencias de la mano del responsable del programa de vacunas de la Junta de Andalucía y médico pediatra, Fermín García Rodríguez, quien describió las novedades de la vacuna de la tos ferina. Así, destacó que el actual debate que hay respecto a esta enfermedad es prevenirla en los niños recién nacidos y por ello, se está planteando la vacunación de los padres y familiares de estos niños para evitar su contagio.
García Rodríguez expuso que parece que es una enfermedad erradicada, pues se está utilizando mucho la vacuna, sin embargo, hay un aumento en muchos paises de personas que sufren esta patología, y que afecta sobre todo a gente joven y personas mayores. “Esta enfermedad no suele tener mucha transcendencia en estas personas, pero sí a los pequeños, sobre todo, a los menores de dos meses”, apuntó este pediatra.
En España se pone esta vacuna a los dos meses de vida, por ello, entre el nacimiento y los dos meses, los niños pueden sufrir esta enfermedad ocasionandoles graves consecuencias en sus salud.
“Hay que intentar hacer una vacunación, no sólo del niño pequeño, algo que ya se realiza tanto en Melilla como en el resto de España, sino también vacunar a las personas que conviven con esos niños, sobre todo, en el periodo de sus primeros meses de vida”, destacó García Rodríguez.
La vacuna de la tos ferina es buena, pero este experto apuntó a que se ha comprobado que con el paso del tiempo se pierde inmunidad. Así, cuando pasan 20 años de la primera dosis, la inmunidad ha decrecido tanto que prácticamente no se tiene, según comentó. Por ello, las personas de 50 o 60 años pueden ser los abuelos actuales de los niños de recién nacidos y los que pueden contagiarles.
Melilla, ejemplo para España
La Ciudad fue una de las primeras en introducir en su calendario una vacuna a los catorce años de prevención de esta enfermedad, un ejemplo que debería seguirse en toda España, según comunicó García Rodríguez, pues les puede durar esta acción hasta que sean padres.
“Lo que se hace con esta introducción es beneficiar a los niños para cuando en un futuro sean padres”, según apuntó este experto.
Lo que sí se está planteando en varios foros, no sólo a nivel nacional, es si sería posible la vacunación de una pareja cuando tiene a un niño, pues hay un momento en el que se evita que la pareja que haya sido vacunada pierda su inmunidad y contagie a su retoño. De este modo, se vacuna de forma indirecta a los niños y se les mantiene protegidos hasta los cuatro meses, momento en el que la vacuna de la tos ferina tiene mayor efecto en ellos.
Complejo el diagnóstico en adultos
El calendario de vacunas en España programa varias dosis de tos ferina, la primera se produce a los dos meses y a partir de ahí, se continúa a los cuatro y otra a los seis. Entre los doce y 18 meses se pone otra de recuerdo y finalmente otra más a los seis, a excepción de Melilla que ha incluido otra a los catorce.
El diagnóstico de tos ferina en niños es más claro que en adultos, porque tienen golpes de tos, un pitido y puede empeorar su salud. Sin embargo, un adulto se puede estar meses tosiendo y que se achaque a fumar, a una bronquitis o a una alergia. De esta forma, podría no saber si tiene la enfermedad y contagiar a un niño.