Es el testimonio de un melillense, testigo de la saturación de este área hospitalaria, la cual ha sido denunciada semanas atrás por los propios trabajadores, mientras que el Ingesa insiste en que la situación es “normal”.
“El personal de Tocoginecología está completamente desbordado. Es una situación de colapso”. Es la experiencia de un melillense, Carlos Alarcón Nieto, cuya pareja dio a luz en el hospital Comarcal de Melilla hace una semana y fue testigo de la saturación y la sobrecarga de trabajo que los empleados tienen que soportar a diario así como la “evidente” falta de camas para acoger a las parturientas.
El testimonio de este melillense, que quiso compartirlo con ‘El Faro’, quiere dejar constancia no solamente de la situación de saturación que se vive en el área de Tocoginecología del hospital Comarcal de Melilla sino también de la “buena atención” que los profesionales que allí trabajan dispensan “a todos los pacientes que está allí, sean melillenses o extranjeros”. Una actitud que confesó le llamó la atención pues la situación de sobrecarga de trabajo y el estrés que sufre el personal sanitario en esta planta “es muy alto”, asegura.
La mujer de Carlos Alarcón se puso de parto en la madrugada del domingo, ingresando en el Comarcal en torno a las 04:30 horas y dando a luz dos horas después. En el periodo de observación tras el parto, el personal del centro hospitalario informó a este melillense que no había camas disponibles salvo una existente en el área de Traumatología.
Alarcón explicó que sabía que, en esos momentos, “al menos había dos enfermos con infecciones graves en Traumatología y me negué a que mi hijo recién nacido y mi mujer fueran allí”. Seguidamente, el personal sanitario habilitó un biombo en el mismo paritorio y hasta el mediodía del domingo no pudieron ser trasladados a una cama. Por ello, Alarcón resaltó que la atención recibida por los trabajadores en todo momento “fue excelente y de absoluta comprensión al negarme a que mi hijo y mi mujer fueran a la planta de Trauma porque no es el lugar que le correspondía”.
Además, tras el nacimiento del hijo de Carlos Alarcón se sucedieron cinco partos más, para los que únicamente había una matrona y dos asistentes atendiendo a estas mujeres de origen marroquí. “Es increíble el buen trato que las enfermeras, la matrona y los médicos dan a todos los pacientes cuando están completamente desbordados y colapsados de trabajo. Aún no me explico cómo una matrona pudo atender cinco partos de tal manera que no se produjeran todos a la vez.
Poco más de 24 horas después del nacimiento del hijo de este melillense, decidieron solicitar el alta voluntaria el lunes por la mañana y consideró que durante su estancia en el centro hospitalario ha tenido la “suerte” que posiblemente otros melillenses que “no conozcan a alguien en el hospital o que se callan” pueden acabar con sus bebés y sus mujeres recién paridas en la planta de Traumatología con el consecuente riesgo de contagiarse de alguna infección.
“Es una locura”
Tras el testimonio de la experiencia vivida por Carlos Alarcón y su familia, este melillense no duda en calificar la situación en la planta de Tocoginecología de “locura” porque cada vez entran más y más mujeres a dar a luz procedentes de Marruecos. En este sentido, este melillense asegura que “se está corriendo la voz” e incluso afirma que vienen mujeres procedentes de Casablanca para dar a luz en Melilla, ya que es gratis, mientras que en Marruecos tienen que pagar la asistencia sanitaria.
“No sé cómo no cometen errores”, afirma este melillense, quien explica que el personal sanitario de la ciudad tiene que “hacerse entender” con mujeres marroquíes que no hablan español para conocer algún dato de su historial médico y asisten los partos “sin saber si tienen una infección y necesitan ponerle antibiótico o si tienen algún problema de salud que pueda poner en peligro la vida del bebé o de la madre”, relata.
Por ello, quiso recalcar la profesionalidad del personal sanitario melillense, ya que ante tal sobrecarga de trabajo “es lógico que se produzcan errores y no los cometen porque son unos profesionales como la copa de un pino”, afirmó Carlos Alarcón.
Por último, aclaró que ha recurrido a este medio de comunicación con el ánimo de denunciar la situación que se está viviendo en el centro hospitalario, la cual ya ha sido denunciada por los propios empleados del hospital en las últimas semanas y a pesar de las declaraciones de la Dirección Territorial del Ingesa en Melilla, desde donde afirman que el centro hospitalario no está colapsado y que la situación es “normal”.
“Una queja o reclamación en el hospital se queda en el hospital y únicamente sirve para engrosar la estadística anual”, afirma Alarcón por lo que su intención ha sido contar su experiencia “para que la gente lo sepa”.
“Hay que dar una solución para atender tantos partos”
Carlos Alarcón, con su testimonio, corrobora lo denunciado por los propios trabajadores del hospital Comarcal sobre la saturación y colapso del área de Tocoginecología. Por ello, este melillense pide a las autoridades sanitarias que busquen una solución, como por ejemplo, dedicar un área determinada para atender a las mujeres embarazadas de origen marroquí, de tal manera que los melillenses “que pagamos la Seguridad Social y nuestros impuestos al menos tengamos una cama cuando tengamos hijos en el hospital Comarcal”. Y es que, como ellos, muchas parejas se han planteado incluso desplazarse a la península para dar a luz a sus hijos y evitar que los bebés, al no haber camas suficientes, “tengan que ser colocados o en los pasillos o en el área de Trauma con el riesgo de coger una infección, tanto la madre como el bebé”.