Hace una semana, apareció una serpiente en la oficina de funcionarios del centro penitenciario de Melilla, algo que, según la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), no había pasado nunca.
Según han comentado a El Faro estas fuentes, fue encontrada por una funcionaria “que vio algo raro que se movía”. Finalmente, lograron sacarla afuera, donde parece ser que la soltaron, pero el sindicato ha criticado el “abandono, pasotismo, dejadez y absoluto desprecio” que muestra el director de la cárcel de Melilla, Francisco Rebollo, hacia sus empleados, ya que, transcurrida una semana desde aquel incidente, asegura que no se han tomado medidas. “Es una vergüenza lo que están haciendo”, ha añadido.
Como dice la APFP, “no es plato de buen gusto” encontrarse con una serpiente, que, además, se desconoce si es venenosa. Por ello, pide que se tomen las medidas necesarias para que no entren más, porque “esta no es una forma de trabajar”.
La entrada de la serpiente –se desconoce por qué medio- se une a la presencia de cucarachas y ratas, a veces en forma de “plagas- en la cocina, según la APFP, y al “deterioro de muchas celdas que son inutilizadas, ya que no se encuentran en condiciones de habitabilidad, porque no se les realiza el mantenimiento correspondiente”.