El diputado popular en el Congreso considera que se ha dado un paso importante pero “queda mucho para que Marruecos sea una monarquía constitucional”.
Marruecos despertó ayer con los resultados electorales del referéndum constitucional sobre la mesa, una votación que para muchos analistas no tendría las garantías de un Estado democrático, pero que según parece, habría obtenido un resultado favorable al respaldo de la nueva Constitución marroquí, con un porcentaje de un 98 por ciento, según datos de la agencia nacional de prensa de Marruecos.
Estas cifras no pasaron desapercibidas para el diputado del PP por Melilla en el Congreso, pues, en su opinión, “el camino que le queda a Marruecos para ser una monarquía constitucional es largo”.
Y es que las diferencias entre el texto constitucional marroquí y las Constituciones de los países democráticos siguen siendo importantes, ya que el Rey de Marruecos es jefe del Estado desde el punto de vista político y también jefe religioso en su país.
Pese a ello, Gutiérrez matizó que desde su partido valoran cualquier cambio que se produzca “por pequeño que sea” pues así es como habría que entender este proceso de reforma, como “un paso más en la democratización del reino alauita”.
Pese a ello, el diputado popular recordó que en el fondo esta Constitución es “una carta otorgada” en la medida en que la comisión que se creó para su redacción fue nombrada por el Rey y también por el hecho de que no ha existido un verdadero consenso entre todos los actores sociales y políticos, como sí ocurrió en el caso de España en 1978.
“Marruecos tiene unas tradiciones democráticas embrionarias”, afirmó el diputado popular y adjuntó que en cualquier caso “es saludable que haya cambios en la Constitución aunque sean semánticos”.
Junto a ello, señaló que cada vez existe más división de poderes en el reino alauita y comentó que lo que debe hacerse a partir de ahora es desarrollar ese texto constitucional, para que no quede olvidado al albur de las veleidades políticas de la monarquía.
Por último, recordó que el deseo de su partido como lo es el del Gobierno español, es el mayor desarrollo democrático en el país vecino, una circunstancia que podría ser altamente beneficiosa para una ciudad fronteriza como Melilla.
Así, matizó que todo lo que sea bueno para Marruecos en términos democráticos también lo será para Melilla y Ceuta, pues las relaciones entre las dos ciudades y su entorno son muy profundas y se han asentado a lo largo de muchos años.