No se trata de una pesadilla preelectoral, es una causa judicial en la que debemos respetar a la autoridad judicial y la labor de las fuerzas de seguridad implicadas en la investigación de las pruebas que sostienen el procedimiento. La estrategia de la oposición, presentado ahora un documento y un vídeo que reconocen existe desde antes de diciembre pasado, no es comprensible. Si, como dicen, son pruebas decisivas para demostrar que el principal imputado y autoinculpado en el procedimiento, Nordin Abdel-lah, acusó falsamente a dirigentes socialistas y cepemistas, por qué CpM y PSOE las aportan ahora y no con anterioridad a que sus dirigentes y muchos de sus militantes fueran imputados en delitos electorales y en algunos casos incluso en un presunto delito de falsedad documental.
El argumento esgrimido por Muñoz de que obedece a una estrategia jurídica de los abogados de ambos partidos no es convincente.
En el asunto del voto por correo hay que dejar que las autoridades competentes actúen. Quienes lo resumen en una trama político-periodística montada por el Gobierno Imbroda se equivocan cuando a la vez quieren convertir la causa en un circo mediático. No puede sostenerse lo uno y lo contrario ni tampoco acusar a tutiplén para que sólo CpM y PSOE aparezcan como víctimas de una trama despiadada que persigue fulminarlos. Menos mal que el 22 de Mayo se producirá un dictamen decisivo y sin opción a variación con maniobras de ningún tipo.