Dunia, la trabajadora de Televisión Melilla (TVM) que acusó de abusos al gerente de la cadena, Yeray Díaz, asegura estar viviendo momentos “complicados” desde, al menos, el 15 de diciembre de 2021, cuando le dieron la baja psicológica.
Durante este tiempo, ha estado yendo dos veces a la semana primero, una más tarde y dos otra vez ahora que el caso está en el candelero, al psicólogo, lo que ella considera “normal, porque siempre se complican las cosas para la víctima”. Ella dice que, aparte de enfrentarse a todo lo que ha “sufrido”, ahora debe soportar que se haga público todo lo que ocurrió y no le está resultando fácil volver a sentirse “expuesta”. De hecho, según comenta, está en tratamiento psiquiátrico también, tanto por la Seguridad Social como por lo privado.
La periodista afirma que, durante este año y medio casi, sólo ha contado con el apoyo de lo que ella considera su círculo más cercano, esto es, sus padres, sus hermanos y dos amigas muy cercanas "que son como de la familia", que son quienes la han acompañado a los médicos o a buscar abogado y asesoría legal. “Pero nadie más, porque, cuando te pasa esto, te ves sola”, aclara, y reitera que nadie más la ha apoyado y, por el contrario, sí ha notado que le ha dado de lado “muchísima gente, tanto del ámbito laboral, como del político y del social”.
Por lo que se refiere a PSOE, asegura que pidió ayuda en su momento “de manera sincera”, porque “la necesitaba”, pero que sintió “cómo todo el mundo, poco a poco, iba desapareciendo”. Ante esta tesitura, decidió cortar la relación con el partido, porque no creía que se le estuviera cuidando, “sino todo lo contrario”. Eso sí, puntualiza que se refiere a “las personas con responsabilidad y cargos con representación”.
Dunia explica que estas personas le “daban largas”, le “decían que ya se arreglaría”, que no se preocupara, que hablarían “con este señor” o que “ya se vería”, pero “ahí quedó la cosa” hasta que, como estaba “cada vez peor psicológica y psiquiátricamente”, tocó “fondo” y anunció que iba a acudir al juzgado. “Eso hizo saltar las alarmas y se me dijo que esperara un poco y que diera una última oportunidad, pero no había una solución real, ni un protocolo para el acoso, ni una protección hacia mí”, cuenta la periodista, quien, en aquel momento, se sintió como si se le estuviera “culpabilizando de todo lo que estaba pasando”.
Ella se siente dolida con un partido que “desgraciadamente” tomó partido, cree, por Díaz, o, al menos, eso es lo que le han demostrado. “Si no es así –se pregunta con voz entrecortada-, ¿por qué no se me ayudó a mí ni a otros casos de TVM de los que también se tenía conocimiento?” Porque, añade enseguida, ella fue la primera en denunciar, “pero no el primer caso”.
Dunia habla con pesar y con evidente dificultad de lo que sucedía: “Fueron, sobre todo, comentarios vejatorios sobre mi cuerpo, sobre mi sexualidad o sobre mi persona, sobre cómo me desenvolvía o cómo me vestía”. Comentarios, según ella, tanto en el trabajo como en la esfera política y social, ya que ella compartía esos tres ámbitos con Díaz, aunque éste tenía “una posición de poder tanto dentro del partido, porque estaba en la Ejecutiva, como en la televisión, donde era el gerente”, que le confería cierta ventaja sobre ella.
Por eso pidió ayuda. Con la voz casi sin salir del cuerpo, Dunia cuenta que le pidió a Díaz que parara, porque sus comentarios le estaban haciendo daño, “y el entorno tampoco favorecía”. Preguntada acerca de esos comentarios, responde que Díaz, “de manera sutil, o entre bromas, insinuaba que era una trabajadora sexual” y, aunque la gente se reía, ella se sentía “humillada”, porque, como mujer y como profesional, sentía que “no valía nada”. Con verdadero pesar resalta que también le hacía apuntes sobre su cuerpo, “sobre atributos femeninos que sabes que son vejaciones que te hace como mujer”.
Para ella, se trataba de algo que no tenía sentido, especialmente dado que no había recibido ninguna queja en cuanto a su trabajo como periodista. “Era siempre sobre mi aspecto o sobre mi cuerpo, y siempre en un tono burlón”, apunta, antes de asegurar que conoce otros dos casos, uno de ellos “muy similar al suyo”, pero que todavía no ha denunciado. A esta compañera Dunia ha querido animarla a que lo haga, porque, aduce, “cuanto más callamos, peor nos va a todas”.
Volviendo al PSOE, según dice, “desafortunadamente” sigue siendo militante, porque, aunque intentó pedir la baja por correo electrónico el 10 de junio de 2022 y luego llamando a Ferraz, en el primer caso no recibió respuesta y, en el segundo, aduce que directamente se le colgó el teléfono.
Actualmente, con el caso en el Juzgado de lo Social, la intención de Dunia y su abogado es llevarlo por lo penal.
Antes de terminar la conversación, la melillense solicita realizar dos apuntes. Por un lado, que le gustaría que las mujeres se apoyaran más las unas a las otras, porque, “si no hay solidaridad, no se conseguirá la igualdad”. En segunda instancia, Dunia quiere resaltar de nuevo lo difícil que es para una chica joven, como ella, de 27 años -25 cuando ocurrieron los supuestos hechos denunciados-, conseguir los medios económicos para buscar abogados y demás, “porque denunciar cuesta mucho dinero y no cualquier víctima se lo puede permitir”, especialmente las de su edad. “Si no hubiese sido por mi familia, no habría podido denunciar”, asegura, antes de resumir que “cuesta una gran cantidad de dinero y esfuerzo psicológico llegar hasta aquí”.
Paciencia, todo saldra a la luz
A que espera el PSOE en despachar este asunto, esta claro que ha habido abuso de poder tanto laboral como psicológico,, por favor tanto presumir de partido que apoya a los derechos de las mujeres y ahora están esperando que este consejero se vaya solo..por favor ..echenlo ya,
Pachá, minera has nein duro