El Colegio de Arquitectos de Melilla ha organizado su segundo Pasacalles Modernista para sacar pecho del lujo que representa tener un centro histórico tan especial como el que tenemos en la ciudad.
En una entrevista concedida a El Faro, la decana del Colegio de Arquitectos de Melilla, Ana Viñas, anima a salir a las calles a disfrutar de la arquitectura local; de la música, del teatro y del baile, que acompañarán a los ciudadanos en un recorrido intencionado por la Avenida.
Y decimos intencionado porque se trata de levantar los ojos y mirar hacia arriba. Se trata de disfrutar de los edificios como la Casa Melul, la Casa Tortosa o el Edificio de la Reconquista que están donde están siempre, pero no reparamos en ellos hasta que los vemos en fotos o en revistas o en la televisión fuera de Melilla. Entonces es cuando comprendemos que pasamos por alto la belleza de una arquitectura única.
Es, de alguna manera, un guiño al concepto de ciudad lenta, que pone por delante el disfrute del entorno. Porque no se trata de saber, como sabemos, que vivimos en la ciudad española con más edificios modernistas por detrás de Barcelona. Se trata de disfrutar de esos inmuebles, de su belleza y, sobre todo, del conjunto inigualable que conforman.
La iniciativa del Colegio de Arquitectos de Melilla es más que una fiesta: es un toque de atención para todos los que no levantamos los ojos del teléfono, del suelo o de los atascos. Es una invitación a vivir la vida que tenemos al alcance de nuestros ojos. Sólo hay que mirar hacia arriba y disfrutar de lo que tenemos delante: una ciudad espectacular que necesita retoques, sí, pero que está a la altura de las más bellas del mundo.
Es imposible que podamos defender o reivindicar nuestro patrimonio si no somos conscientes de la maravilla que nos pertenece. Sólo si somos capaces de apreciar la grandeza de nuestro Modernismo, seremos capaces de reclamar que se conserve como es debido.
Pero que fiesta, si no hay nadie!
Por favor!