En 2019, antes de la pandemia, Melilla inició la vacunación de la gripe el 4 de noviembre. El año pasado la empezó un poco antes, el 15 de octubre. Cuesta trabajo entender por qué ahora, viendo a Austria con orden de confinamiento; a Alemania con las UCIs llenas hasta la bandera, la Consejería de Salud Pública de esta ciudad ha decidido retrasar tanto el inicio de la inmunización contra la gripe. Empezar, no ha empezado. Dijeron que iba a ser esta semana, pero no daban nada por seguro.
Como justificación de un retraso injustificado de casi un mes, Salud Pública se agarró en Melilla primero al buen tiempo y luego confesó "un fallo administrativo".
La excusa del buen tiempo me recuerda a aquella anécdota de cuando Rajoy en 2007, siendo sólo presidente del PP, negó el cambio climático porque un primo suyo, catedrático de Física en la Universidad de Sevilla, le había dicho que si no era posible predecir el tiempo de mañana, cómo íbamos a vaticinar un cambio climático dentro de 300 años.
Rajoy suscribió la teoría negacionista de su primo y dijo entonces que no podíamos convertir el cambio climático en el problema mundial del futuro. Ocho años más tarde, siendo ya presidente del Gobierno, reconoció su error y defendió que el cambio climático es el gran reto al que nos enfrentamos.
Pues bien, aquí nos ha salido una consejera de Salud Pública que está tranquila y no ve problemas en retrasar el inicio de la vacunación porque según ella hay buen tiempo en Melilla. Sin embargo, su teoría hizo aguas en cuanto empezó a bajar la temperatura, a soplar viento y se coló el otoño sin complejos.
En ese momento su excusa cayó por su peso y la semana pasada la consejera Francisca García Maeso tuvo que confesar finalmente un "fallo administrativo". Así se refirió de manera muy autocomplaciente a su mala gestión.
Según dice, la Consejería de Salud Pública tuvo que elegir, por motivos que se desconocen y que no supo explicar, entre las vacunas del coronavirus y las de la gripe. Y eligió las del coronavirus, pese a que en esta ciudad se nos acaban de caducar 2.210 vacunas de AstraZeneca que teníamos congeladas.
No sé si nos toma por tontos o es que el año pasado no había coronavirus en Melilla. ¿Por qué el año pasado Salud Pública sí pudo traer a Melilla vacunas de la gripe y del covid y este año no?
Lo del buen tiempo, era el timo de la estampita. Ahora mismo en esta ciudad, lo mismo sale el sol, que se oculta y sopla el viento y refresca de más. Mientras la consejera Francisca García Maeso sigue deshojando la margarita, la gripe desembarca en la ciudad primero que las vacunas. Me temo que García Maeso ha hecho bueno a Mohamed Mohand.
¿A qué estamos esperando, consejera? A que se nos junte una nueva ola del coronavirus con la gripe y a que estemos con el agua al cuello?
No sé cómo se las arregla el Gobierno de Melilla para gestionar tan mal el tema de Salud Pública. Somos la autonomía española con menos vacunas administradas. Hemos puesto 106.159 dosis. Eso es un 75,2% de las 141.100 inyecciones que ha entregado el Ministerio de Sanidad a la ciudad.
A Ceuta les han llegado 142.225 dosis y ha conseguido administrar 119.787 vacunas (84,2%). ¿Cómo lo ha hecho? Pues eso es algo que la Consejería de Salud Pública de Melilla (PSOE) debería averiguar. Le doy una pista: llame al consejero Alberto Gaitán (PP) para ver si el problema es de organización o de siglas políticas.
Tenemos motivos para estar preocupados en Melilla. No sólo estamos a merced de un gobierno inestable en el que el anterior consejero de Salud Pública, después se hizo cargo de Turismo como si gestionar la salud pública fuera lo mismo que contratar un videoclip promocional de David Bustamante.
Aún así, hemos pasado de ser la autonomía que más dosis le sacaba a las vacunas, gracias a la compra de jeringuillas adecuadas, a estar a la cola de España.
¿Y saben cuántas veces la oposición ha mencionado el tema? ¿Saben cuántas veces en el último mes la oposición ha sacudido al Gobierno de Melilla por su pésima gestión de la campaña de la gripe? Es sencillamente un tema que no les interesa. El coronavirus nos ha cambiado la vida a nosotros, pero no a nuestros políticos.
Melilla no ha entendido al completo el lema de la campaña de vacunación contra la gripe lanzada por el Ministerio de Sanidad este 25 de octubre, hace casi un mes: "Yo me vacuno. Este año también marco la diferencia".
García Maeso se quedó con la última parte de la frase. Marcando la diferencia, a la cola de España.